"No me molesta la idea de que, donde ha habido un foco de marginalidad, haya un foco de cultura y convivencia. Este tipo de emblema me gusta". Las declaraciones realizadas ayer por la alcaldesa Carmen Heras dejan bien clara cuál será su postura en la reunión que mantendrá la próxima semana con técnicos municipales para decidir qué se hará con el edificio más conflictivo de la ciudad. "Está todo ultimado y prácticamente cerrado. Estamos satisfechos porque era un problema enquistado desde hace mucho tiempo y ya vemos la salida", dijo con satisfacción, recordando que el ayuntamiento "está trabajando conjuntamente" con la Junta de Extremadura en materia de vivienda.