Una ermita del siglo XVI con pinturas murales al fresco del artista Juan de Ribera permanece abandonada en medio del campo, a sólo 13 kilómetros de la capital cacereña, en la finca de las Mogollonas, situada cerca de la carretera de Badajoz.

Expertos en arte consultados por este diario afirmaron que el estado de la ermita es "ruinoso" y que la importancia de sus pinturas religiosas radica en que hay pocos ejemplos similares en Extremadura. La falta de protección la ha convertido en una charca ya que su parte inferior se ha rellenado con agua.

Florencio García Mogollón, profesor titular de Historia del Arte de la Uex, incidió en el abandono de la ermita a la que, dijo, se denomina erróneamente de San Jorge, cuando en realidad su nombre es del Salvador o San Salvador, y cuya construcción situó en torno al año 1586. Este especialista alertó de que las pinturas "acabarán por perderse" si no se actúa y remarcó que, aunque "no son de gran calidad, su valor es importante" porque sólo existen otras con la misma técnica en las iglesias de Portaje, Mata de Alcántara y Torrejoncillo, así como en el palacio de Carvajal. García Mogollón aseguró también que los murales están fechados y firmados por Juan de Ribera. Los mejor conservados están dentro de una capilla y pertenecen como el resto a la última etapa del Renacimiento.

Otros expertos consultados por EL PERIODICO apuntaron que a pesar de su estado ruinoso los arcos de la ermita se mantienen en pie apoyados en muros con numerosas y profundas grietas. La cabecera ha desaparecido totalmente y tan sólo quedan la nave central, el coro, la pequeña capilla y parte de la antecapilla. El deterioro ha ido en aumento ya que todos sus cimientos se encuentran sumergidos.

Los frescos están localizados en el coro, donde existen cuatro escenas representativas de la vida de Jesucristo; en la parte interior del arco que separa el coro y la nave están representados angelitos y motivos ornamentales y en la capilla aparecen pintados motivos de la piedad, el bautismo del salvador, el padre eterno, Adán y Eva y algunos retratos de obispos. La antecapilla está prácticamente destruida y las pinturas de muros laterales de la nave también han desaparecido.