La cena o el almuerzo de Navidad, siendo un acontecimiento lúdico, es una continuación del trabajo, además de una oportunidad de tener más cerca a compañeros y jefes que no estarán tan accesibles durante todo el año. La asistencia es muy recomendable ya que fomenta lazos con los colegas y la ausencia podría interpretarse como una falta de interés o incluso de respeto a los los jefes.

Una buena idea es crear un correo electrónico, un blog o habilitar un tablón de anuncios que lea todo el mundo y que sirva para que todos los invitados estén avisados y se pueda confirmar la asistencia. La elección de la fecha es muy importante, pues no debe de trabajarse al día siguiente.

La cena de empresa es un acontecimiento para todos los empleados y se espera que todos y cada uno de ellos asistan salvo causa de fuerza mayor. Son acontecimientos sobre todo participativos. Algunas empresas especializadas en la organización de eventos, además de la cena, promueven un juego o una situación con actores en la que tienen que participar los empleados: resolver un misterio, un asesinato, un robo... Son propuestas caras para empresas pequeñas que se ofrecen sobre todo en grandes ciudades.

La ingesta de alcohol es uno de los asuntos más importantes. En este caso la recomendación principal es beber con moderación. Todos conocen esta circunstancia, pero normalmente se olvida. El alcohol desinhibe y provoca que actuemos de forma irreflexiva y alocada. Habrá muchos compañeros con cámaras digitales y al día siguiente nos podemos arrepentir cuando veamos nuestra foto con la corbata en la cabeza pegada en el tablón de anuncios.

La apariencia física es muy importante en una cena de empresa. Ese día hay que aparcar la corbata y el traje, pero tampoco es ocasión para lucir escotes vertiginosos o pantalones roídos. Lo cierto es que los hombres ven la oportunidad de dejar las rigideces de los trajes e ir más de esport. Las mujeres pueden incorporar algún elemento diferente, especialmente en los complementos y ser muy comedidas con el maquillaje. No se debe ir con trajes ajustados o ´enseñado canalillo´.

Aunque el acontecimiento te resulte un tostón, cosa que puede suceder perfectamente, lo mejor es no aislarse. Para que esto no suceda lo mejor es disponer las mesas para que los compañeros de distintos departamentos estén mezclados. Así se entablarán interesantes conversaciones y se afianzarán lazos entre secciones.

Las palabras deben medirse porque pueden costarte el puesto de trabajo. La situación suele generar una sensación de confianza entre todos los asistentes. Pero no hay que olvidar que estamos ante los superiores. Por eso hay que evitar los temas de conversación relacionados con la religión, la política, el dinero, las enfermedades o el sexo. Hay que ser diplomático para evitar que una guerra pueda estallar sin darnos apenas cuenta. Estamos con colegas, así que no es necesario hablar más de la cuenta porque al final siempre se podrá tocar algún tema conflictivo.

AGRADECIDOS, NO ´PELOTAS´ Por supuesto, es preciso ser agradecido y dar las gracias a los organizadores antes de irnos. Aunque no es necesario que lo haga en exceso para no ser considerado ´pelota´. Por su parte, si los jefes tienen que mandar algo a algún empleado, lo harán pidiéndoselo "por favor", puesto que no están en el ámbito laboral.

Hay que recordar que los trabajadores sienten alegría y miedo cuando acuden a una cena de empresa ya que deben proyectar lo mejor de sí mismos y ser acreedores de la consideración que tienen por sus compañeros en los días de diario.

Muy interesante es saber si se admite acudir con la pareja. Si no está permitido y lo haces es posible que seas objeto de comentarios durante todo el año por esta circunstancia.

También es una buena ocasión para olvidar envidias, resquemores y rencillas. Lo importante es disfrutar del momento, que el año vendrá lleno de instantes complicados con toda seguridad.