"Estoy contentísima, sobre todo porque creía que no me iban a seleccionar para este trabajo porque soy muy joven". Es lo que pensaba Beatriz Yáñez, técnico en Atención Sociosanitaria de 19 años que desde hace unos días se encarga del cuidado, ayuda y atención de tres ancianas, dos de las cuales residen con sus maridos y una con un hermano.

Aunque tenía experiencia, pues a pesar de su corta edad ya había trabajado (en prácticas) en una residencia de ancianos de Lisboa durante un mes y en el centro Proa de esta ciudad durante dos meses, Beatriz llevaba ya seis meses en paro y "no tenía mucha confianza" en encontrar un empleo, "pues cuando eres joven no resulta fácil", insiste.

Por este motivo, el haber conseguido una de las plazas del servicio de ayuda a domicilio, su primer trabajo real, dice, "es una gran oportunidad para demostrar que lo importante no es la edad, sino la preparación, que cuando uno está preparado para un trabajo, ser joven no importa". En su caso lo está para atender a personas mayores, un trabajo que, además, "me da mucha satisfacción, por lo que significa de poder ayudar a otros, pero también por lo que recibes, por lo mucho que ellos te dan".