«Es vocación». No lo puede tener más claro. En otra vida sería lo mismo que en esta. «Si volviera a nacer sería policía». Hasta tal punto lo suyo es vocación que el cacereño que atiende a las iniciales de F. R. ---no desvela su identidad por seguridad-- fue protagonista esta semana de una actuación mientras estaba fuera de servicio. Intervino para detener a un hombre fichado por las cámaras de seguridad como presunto autor de un robo en un local de hostelería del centro. Fuentes policiales detallan además que sobre el acusado pesaba una reclamación judicial en vigor.

Los hechos ocurrieron este martes cuando, según relata el agente, profesor de artes marciales, salía de dar clases de taekwondo, cuando a la altura del paso de peatones de Ronda del Carmen reconoció al hombre que previamente había visto en las grabaciones de vídeo que conservaba el dueño del establecimiento que sufrió el robo. «Me puse en contacto con la jefatura, le estuve siguiendo cuando salió de un bar y se marchaba y le intercepté», pone de relieve. Le reclamó la documentación y a continuación se personaron en el lugar de los hechos las patrullas que trasladaron al acusado a dependencias policiales para su ingreso en prisión. Relata el agente que uno de sus hijos presenció los hechos. «Me decía que nunca he visto un ladrón en persona», añade mientras reconoce que el pequeño también aspira a ser policía en un futuro. «También se da cuenta de cien mil detalles, tienes que tener un instinto». Asegura con normalidad que en los años de servicio no es la primera vez que interviene fuera de servicio y con su familia presente. «Saben que es parte de mi trabajo, lo viven con toda la naturalidad, mi familia no me reprocha nada, me puede el deber», sostiene.

En los veinte años que lleva en la jefatura, pertenece al Grupo Especial de Seguridad (GSE) ha presenciado todo tipo de operativos y situaciones. Recuerda entre ellos una detención a una banda que robaba en centros comerciales y forraba las bolsas con aluminio para que no saltaran las alarmas de las tiendas, una persecución a un grupo de criminales mientras iba en coche por Miralrío o un aparatoso dispositivo en 2005 en Aldea Moret que acabó en el bloque C, actualmente tapiado, en el que llegó a tener un forcejeo con uno de los detenidos. Experiencias acumula y esta semana suma otra más a su particular currículum para que las calles de la ciudad sean más seguras.