La infanta Margarita, hermana del Rey Juan Carlos, pasó ayer por Cáceres, camino de Portugal, y aprovechó su estancia en la ciudad para almorzar en el restaurante Atrio. En compañía de unos amigos visitó la capital cacereña, recorrieron la calle Diego María Crehuet, Periodista Sánchez Asensio y en la avenida Virgen de la Montaña, a la altura de Muebles Cordero, departieron con unos cacereños, a quienes les preguntaron por la dirección del reconocido establecimiento hostelero. Diligentemente, los vecinos les indicaron el lugar y la infanta y sus acompañantes subieron hasta Cánovas.

Entre la admiración y la sorpresa, los cacereños que a esa hora recorrían el céntrico paseo sonreían al paso de la infanta. En Atrio, un suculento menú les esperaba. Comieron criadillas de la tierra, vieiras y perdiz al modo de Alcántara. Por ser temporada de trufas, Doña Margarita probó el postre que Atrio ofreció ayer a todos sus clientes: tostadas de pan con trufa negra. Para beber, la infanta pidió un vino blanco afrutado y el restaurante le sugirió un blanco alemán, Riesling .

La reserva en Atrio se hizo a nombre de uno de los acompañantes de la infanta. No comieron en reservado, prefirieron una de las mesas del comedor principal. Del restaurante salieron en torno a las 17.30.

La de ayer fue una visita de carácter privado, según confirmó a este diario personal de confianza de Doña Margarita. En los últimos años, la infanta ha girado dos visitas oficiales a Cáceres. La primera, el 7 de julio de 1996 con motivo de la jura de bandera de su hijo Alfonso Zurita, que tuvo lugar en el Cimov cacereño. Al acto también acudió el Rey, la infanta Doña Margarita y su marido, Carlos Zurita, así como la infanta Doña Pilar y María Zurita y Bruno Gómez Acebo (sobrinos de don Juan Carlos). La segunda visita fue el 29 de mayo de 1997 cuando la infanta inauguró el busto dedicado a su padre que hay en el R-66.