Quién diga que para leer hay que ver es porque no conoce a Paqui Ayllón. Fue precisamente el amor a los libros el que le ayudó cuando a los 23 años le dijeron que se quedaría ciega a causa de una enfermedad rara. Aprendió que la literatura llega no solo por los ojos y ha publicado un libro sobre su experiencia y recaudar fondos para que se investigue sobre la ceguera. Este próximo lunes lo presentará en Cáceres.

Antes de la presentación, la autora habla para El Periódico Extremadura y relata su «travesía» porque su realidad no fue siempre así. Nació en Granada pero vive en El Puerto de Santa María. Se preparaba para ser matrona cuando le diagnosticaron retinosis pigmentaria. «Ya estaba trabajando y en esos momentos no me lo creí, no quise afrontarlo, no fui capaz de entender lo que significaba», expone. Reconoce que hasta entonces jamás había oído hablar de la enfermedad catalogada como rara. En España hay alrededor de 15.000 afectados y está recogida en el listado de la federación de enfermedades raras (Feder). En plena juventud, a los 30, tuvo que jubilarse. En ese periodo sufrió una gran depresión. «Ahí ya empiezo a enfrentarme al hecho de que seré ciega y empiezo una nueva vida».

Para ello se refugió en la lectura. «Siempre me interesó la literatura, he sido lectora voraz y en aquella época podía leer libros en tinta pero me voy dando cuenta de que es difícil, intentaba aprender braille pero en ese momento veía algo y no podía esperar a quedarme ciega». Finalmente encontró una alternativa y aprendió a leer con el oído. Y encontró su sitio en el voluntariado. Acudía a leer en alto en centros para personas con discapacidad, centros de menores condenados y ancianos y colaboraba con la Universidad de Cádiz. Ahí fue donde la escritora Elvira Lindo conoció su historia, la difundió y la editorial Esfera de libros le propuso escribir su experiencia. De hecho, la escritora firma el prólogo. «Ha sido todo fruto del azar». «Pensaba que lo iba a escribir un periodista pero me dijeron que lo hiciera yo, he tenido ayuda, el apoyo de la familia, lectores cero». No se olvida del soporte de su perra guía, Meadow. Su vida la comparte con ella. «Viene conmigo a todos sitios». Si hasta le firma los libros.

En ‘La lectora ciega’ aborda su vida en tres partes, la primera desde que le diagnostican y deja de trabajar, la segunda sobre ese proceso psicológico de lo que supone ser ciega y la tercera sobre la experiencia terapéutica del voluntariado. Manifiesta que el proceso ha sido «muy gratificante». «Me llegan mensajes de toda España y de otros países». Este lunes visitará Cáceres y ofrecerá una charla para concienciar sobre la vida de personas invidentes en la Universidad Laboral y a las 20.00 horas presentará su libro en Ateneo. En este último acto contará con la presencia de Nuria Ruiz, una cacereña que padece también esta enfermedad degenerativa y que pondrá la nota musical a la presentación con la actuación de su banda Dalmatian hit’s. Todo lo que se recaude de la venta irá destinado a Fundaluce. De momento, no plantea seguir en el oficio de la escritura. «Esto ha llegado de manera casual, lo que quiero es donar lo máximo posible, mi labor principal es el voluntariado».