Desafiar la fuerza de la naturaleza es el nuevo reto que se ha propuesto el mentalista cacereño Carlos Santillana. Su próximo espectáculo será a dos metros bajo tierra. Se enterrará dentro de un ataúd en la plaza Mayor de Trujillo el lunes día 16, e intentará aguantar cinco días. El objetivo: "La publicidad", dijo ayer Santillana en la presentación del show , a la que asistió el teniente de alcalde de Trujillo, Cándido Fernández, y el cardiólogo que supervisará el experimento, Nader Ghannam. "Es algo que no ha hecho nadie en el mundo y voy a intentarlo", dijo.

El enterramiento, que patrocina el Ayuntamiento de Trujillo, comenzará a las 20.30 y terminará, si supera el reto, el día 20, viernes, a la misma hora. Serán en total 120 horas sin comer, sin beber y sin más oxígeno que el de la caja. El mentalista, enfundado en un traje confeccionado especialmente para la ocasión en un tipo de neopreno que mantiene la temperatura corporal, se introducirá en un ataúd de madera de pino reforzado en la base para preservarlo de la humedad.

Preparación física y mental

A continuación, el sarcófago se colocará en una cripta de granito con un ángulo de metacrilato, para que "el público pueda ver que no hay truco" y que estará vigilado las 24 horas por la policía local y guardas de seguridad privada. Encima de la urna se echarán dos metros cúbicos de tierra en sacos para facilitar la retirada en caso de que se ponga peligro su vida.

Para ello, el cardiólogo controlará todo el proceso desde fuera. Santillana llevará conectados unos electrodos que informarán de su ritmo cardiaco y que podrán seguir los espectadores a través de un monitor exterior.

Antes de su enterramiento, el mentalista ha tenido que preparar concienzudamente su cuerpo. Tiene algo a su favor: su corazón late más despacio de lo normal por una hipertrofia ventricular. Así, su ritmo cardiaco no supera las 40 pulsaciones por minuto en reposo, cuando lo normal es de 60 a 100, lo que le permitirá consumir menos oxígeno. Una dieta astringente, la reducción del consumo de líquidos varios días antes y una limpieza de colon para evitar las evacuaciones fisiológicas, completan la preparación física.

Para la mente, concentración, auto-hipnosis y pruebas de resistencia dentro de la caja para ver cómo respondían sus nervios. "Es bastante claustrofóbico", reconocía ayer mientras se acomodaba en el féretro para mostrar la posición que adoptará durante sus horas de muerte en vida .

Adivinar el sexo del bebé de Letizia o el gordo de Navidad y parar las campanas del reloj de la Puerta del Sol en Nochevieja, han sido sus retos anteriores. Ahora Santillana intenta el más difícil todavía.