Esperando a Christine ya tiene disco en el mercado. Perdón por el retraso es el título del primer CD del grupo cacereño de pop-rock, tras casi cinco años juntos intentando hacerse un hueco en el panorama musical. Grabado en Sierra de Fuentes y coproducido por la Tortuga Producciones, del empresario Charly González, la banda ha invertido sus últimos diez meses de trabajo en lograr el sonido óptimo en 12 canciones que ha seleccionado entre un total de 35 composiciones.

"Hemos preferido hacerlo nosotros por todo. Pensamos que el producto iba a ser mucho mejor", explica Miguel Gázquez, solista del grupo, que recuerda la grabación hace dos años de una maqueta en Almería que no llegó a salir a la calle. Tras aquella experiencia frustrada, Esperando a Christine decidió montar su propio estudio para hacer su primer trabajo en el que ha invertido el último otoño-invierno.

La gran ventaja de esta fórmula ha sido la tranquilidad para poder crear. "Al tener todo el tiempo del mundo, hemos podido añadir arreglos e ideas a las canciones que no teníamos al principio", afirma el bajista Antonio Mariscal.

Satisfechos con el trabajo realizado codo a codo con Charly González, el cuarteto que completa Alberto Gadella a la guitarra iniciará en breve un gira por la región para promocionar el disco. Arrancarán en Cáceres el próximo 7 de abril en la sala Belle Epoque, donde sonarán canciones como La mala, Sólo quiero salir o Nos robaron los piratas, pertenecientes a este CD cuyo título responde al tiempo que sus seguidores han tenido que esperar para que saliera a la luz.

Distribución discográfica

El grupo está negociando ahora la distribución del disco con compañías especializadas. "Ahora sobre todo vendemos en los conciertos y a través de nuestra web www.esperandoachristine.com ", añade Miguel.

Del contenido del disco, el grupo asegura que los temas están muy diferenciados para huir de que les etiqueten en un único estilo de música. "Hemos conseguido un sonido propio. Tiene canciones alegres, baladas, para ir de fiesta o pensar", explica el bajista Antonio.

Tras cinco años de carrera, los cuatro músicos aseguran que tienen "la misma ilusión que el primer día". Son conscientes de que el primer disco es fundamental para salir adelante. "Si no tienes disco, no existes", señala el solista. La búsqueda de un espacio entre el pop y el rock alimentan el espíritu de este cuarteto, obsesionado con hacer música melódica, aunque sin dejar de lado que ésta tenga también "fuerza y carácter".

La edad es también un aliado para el futuro de la banda. Alberto de la Rosa, el componente más mayor tiene 27 años; el menor es el guitarrista Alberto Gadella, con 21. Los cuatro sueñan con dedicarse sólo a la música y a casi todos que su disco pueda descargarse en internet pirateado. "Cuanto más se divulgue, mejor. No nos vamos a hacer ricos con los discos", señalan.

Prueba de ello son los cinco euros que cobrarán a sus fans por el disco en sus conciertos: "Prácticamente competimos con el top manta ", afirman. Por el momento, las ilusiones de Esperando a Christine se centran en demostrar que hay un sitio para ellos en el difícil mercado de la música.