Son ya veintidós las ediciones del festival Womad en la ciudad de Cáceres. Desde ayer jueves y durante todo el fin de semana, nuestra ciudad se convierte en el icono de la diversidad, de la multiculturalidad y de la música. Desde las tablas de nuestro precioso Gran Teatro ayer dábamos el pistoletazo de salida a una edición más austera en presupuesto, pero no de menor calidad.

Un año más todo el equipo que conforma el festival Womad ha unido esfuerzos para traernos un cartel memorable:diecisiete actuaciones en vivo, junto a talleres infantiles que se impartirán en el Museo Casa Pedrilla, en ambos casos se contará con participación extremeña, cosa que siempre es de agradecer.

Un año más, el espíritu "womero" se apodera de nuestra ciudad. El arte invade nuestras calles y los colores flotan, libres, bailando entre los sones de música de diferentes partes del mundo.

Me consta que la llegada de este evento anual a nuestra parte antigua generará entre mis compañeros columnistas más de una línea al respecto, y éstas contendrán -o no- unas sensaciones diferentes a las que hoy leerán en esta columna. Soy consciente de que el festival no es acogido entre algunos de nuestros conciudadanos con el mismo ímpetu que yo manifiesto: muchos se quejan del ruido, de la gente, de la suciedad que se genera, del ambiente-, otros vivimos el festival como parte intrínseca de nuestras vidas: hemos crecido sintiéndolo como algo propio, amándolo; y ahora, más de dos décadas después, sigue siendo así.

Muchos de los que hablo, ahora hacen partícipes a sus hijos de ese espíritu que se creó entonces, y que hoy sigue siendo ferviente entre nosotros. Nuevas generaciones Womad se siguen formando, descubriendo el arte y música proveniente de éste y de otros continentes, y lo que es más importante: educándose en la tolerancia y el respeto hacia otras culturas, y costumbres.

No podemos echar la vista a un lado y no admitir que el espíritu "womero" se ha visto dañado en los últimos tiempos, pero somos muchos los que no lo ven perdido. Para mí es un orgullo formar parte de la generación que hemos crecido con el festival Womad, y es un placer poder presentarlo un año más.. A los que venís de fuera, y a los que lo vivís desde aquí: ¡Bienvenidos al Womad 2013!