No había cumplido aún los 12 años cuando Vicente Corchado Marini comenzó a trabajar en la diputación, institución que ahora deja tras 53 años de servicio como conductor maquinista de la red viaria de la provincia. Entró siendo un niño y se marcha a los 64 años con un caluroso homenaje, el que ayer, junto a otros 17 compañeros recibió en el día del patrón.

Vicente recuerda que comenzó en la diputación cacereña de aprendiz, en el taller mecánico trayendo y llevando piezas, limpiando motores y todo lo que se necesitaba.

"Mi padre y mi madre también trabajaban aquí y a mí me trajo el general Villalba, porque no me gustaba estudiar, quería trabajar y se lo dije a mis padres, que se lo pidieron".

De su paso por la institución hace un balance muy positivo, aunque reconoce que no todos los momentos fueron buenos. "En 53 años es lógico que haya habido momentos buenos, malos y regulares, pero para mí ésta será siempre mi casa".

Ahora, ya jubilado desde hace dos meses, asegura que sigue trabajando, aunque en otra parcela, la que tiene en La Montaña. "Yo sigo y seguiré trabajando, porque es lo que he hecho toda mi vida y si dejara de hacerlo estoy seguro de que me moriría".