El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, instó el pasado 19 de mayo a los alcaldes de Mérida, de Cáceres y de Plasencia a que antes del mes de julio se tuviese una decisión tomada sobre dónde ubicar las estaciones de ferrocarril ante la llegada de la línea de alta velocidad del AVE. La decisión de Mérida se cerró el pasado jueves en una reunión en Madrid. El ayuntamiento llevó su propuesta y Fomento la modificó, la trasladó a unos 300 metros de donde proponía la corporación, aunque se dio una alternativa para que la estación no acabase como un fondo se saco (con una única entrada y salida) con una propuesta de construcción de dos viaductos.

Ayer por la tarde el consejero de Fomento, José Luis Quintana, se reunió en Cáceres con la alcaldesa, Carmen Heras, un encuentro que por las fechas en las que se producía, estando pendiente la decisión sobre la ubicación de la futura estación de ferrocarril, cobraba una especial relevancia. Sin embargo, ni desde la consejería ni por el ayuntamiento se hicieron ayer valoraciones de lo abordado en este encuentro. En principio, no habría aún una decisión definitivamente cerrada, siguen las mismas alternativas y el encuentro fue una reunión de repaso de los asuntos pendientes entre ambas instituciones (además de la estación está la corrección del nuevo plan de urbanismo para cumplir las observaciones puestas por la Consejería de Fomento).

La Junta no quiere que la decisión sobre las estaciones dilate la entrada en servicio de la alta velocidad, y el ayuntamiento cacereño intenta evitar que una decisión precipitada y sin suficientes garantías en cuanto a la inversión pueda convertir al tren y a la red ferroviaria en un inconveniente en el desarrollo de la ciudad (que no se repitan casos como los de Aldea Moret o el que se da ahora mismo con los pisos que se hacen en el Junquillo).

La decisión sobre la futura estación de Cáceres parecía clara, al menos a nivel político, hasta hace siete meses. Hasta los dos grandes partidos (PSOE-PP) estaban de acuerdo con la alternativa que plantea el nuevo plan general de urbanismo: sacar la estación fuera de la ciudad, creando un corredor de comunicaciones con la autovía de la Plata y la red de alta velocidad ferroviaria que quedaría al oeste de la ciudad (la única parte que está libre del anillo del suelo protegido de la Zepa) y liberando suelo para la expansión urbana de Cáceres en las próximas décadas por el oeste con una única zona --ver infografía-- que sí queda protegida.

Una decisión tripartita

Pero en el mes de octubre, en los dos encuentros a tres bandas (ayuntamiento, Ministerio de Fomento y consejería) que se mantuvieron en la sede de Fomento en Madrid se retomaron las dos opciones que para la estación se manejaban hace una década. Se rescató el Junquillo, cuando ya hacía un año que se había aprobado el proyecto para construir en este espacio 1.992 viviendas en una actuación promovida por la propia Junta de Extremadura, y se volvió a hablar de la estación actual, por la que Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) ya se interesó hace una década, incluso se llegó a firmar un convenio con el consistorio para incrementar los aprovechamientos urbanísticos de la estación actual y del entorno, de los terrenos propiedad de Renfe, con un uso comercial de la misma y con la edificación de pisos.

Ese tipo de convenio no tendrían cabida actualmente con la Ley del Suelo de Extremadura, en vigor desde el 2002, que limita las operaciones de recalificación del suelo ocupado por las redes de infraestructuras.

Desde octubre hasta abril no hubo ninguna decisión, solo la advertencia de Vara cuando, en una visita a Cáceres en marzo, expresó su preocupación de que el retraso en la definición de la localización de la estación condicionase la entrada en servicio de la red de alta velocidad, un temor que quedó constatado cuando el 26 de abril salió a concurso la contratación del estudio para que una consultoría definiese la ubicación, con un plazo de 18 meses para hacer el estudio y de 6 más para resolver las alegaciones. Es decir, un proceso normal en este tipo de intervenciones, pero que haría que hasta 2011 no se estuviese en disposición de iniciar la obra de la estación.

También queda pendiente de anunciarse cuándo sería la reunión con Fomento en Madrid para definir la ubicación de la estación, como la producida en el caso de Mérida, o si ese encuentro se produciría en Cáceres con una visita de un alto cargo ministerial.