Conseguir un teléfono Nokia de 400 euros por solo 150 es un chollo, pero también un señuelo para una posible estafa. Así fue en el caso de un vecino de Trujillo que montó presuntamente una estafa nacional con la venta de aparatos electrónicos por internet, principalmente móviles de gama alta y ordenadores portátiles. La Guardia Civil lo ha detenido desmantelando su negocio del que hay al menos 23 afectados en doce provincias, según informó ayer la Subdelegación del Gobierno.

El supuesto estafador, del que no ha trascendido su identidad, insertó en abril y mayo varios anuncios en el portal de segundamano.es ofertando estos aparatos a precios muy reducidos respecto a los del mercado, como el del teléfono Nokia anterior. Utilizaba el nombre de dos empresas cacereñas de suministros de equipos informáticos, Decode Informática en Trujillo y Servicios Informáticos SH de Cáceres, para dar credibilidad a su oferta, pero estas empresas no sabían nada.

AFECTADOS "Hace tres semanas empezó a llamar gente de varias ciudades reclamándonos aparatos que supuestamente nos habían comprado por internet y que habían pagado, pero que todavía no habían recibido. Después de la segunda llamada vimos que no era algo puntual, sino que parecía una estafa y lo denunciamos a la policía", explicó ayer José Antonio Sánchez, de Sistemas Informáticos SH, en la avenida de Isabel de Moctezuma de la capital.

La misma situación vivió la tienda de Trujillo Decode Informática. Raúl Ortega, uno de sus técnicos, confirmó que habían estado recibiendo llamadas de diversas personas por no haber recibido los supuestos pedidos. "A nosotros nos ha afectado más en la imagen porque ha ensuciado nuestro nombre", valoró Ortega. El viernes pasado los responsables de esta empresa explicaron lo sucedido a la juez del juzgado número 1 de Trujillo que instruye el caso.

INVESTIGACION La Guardia Civil arrancó la investigación tras recibir una denuncia de una empresa de informática de Sevilla. Esta decía haber sido víctima de una supuesta estafa al haber abonado una cantidad de dinero por la compra de ordenadores portátiles que luego no eran entregados, detalla la Subdelegación del Gobierno en un comunicado.

Con el señuelo de precios baratos y la apariencia de legalidad que le aportaban los nombres de las empresas informáticas, conseguía llamar la atención de los compradores, con los que contactaba después por teléfono.

Los compradores formalizaban la transferencia bancaria pero nunca recibían el producto. Una vez que pagaban, el estafador no atendía ni a sus llamadas ni a sus correos electrónicos, por lo que contactaban con las empresas que supuestamente comercializaban los artículos, descubriendo que estaban al margen de las operaciones.

Hasta el momento se han detectado 23 afectados en distintos puntos de la geografía española como Asturias, Las Palmas de Gran Canaria, Navarra, Málaga, La Coruña, Madrid, Pontevedra, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Ciudad Real, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife y Valladolid.

La investigación continúa abierta a la espera de que se produzcan más denuncias de afectados o identificación de los mismos. Está también sin cuantificar el volumen de la estafa.

Tras la detención del presunto estafador, se registró su domicilio, donde se han intervenido un ordenador, documentación bancaria con las que operaba, varios teléfonos móviles y tarjetas SIM que usaba para contactar con sus víctimas y que iba cambiando para evitar ser localizado.