Arturo Blanco vive justo debajo del piso en el que ocurrió la explosión. En el momento de la deflagración se encontraba en el pasillo: «Escuché un reventón increíble y los cristales de la salita de estar se rompieron, si llego a estar allí me hubieran alcanzado», recordaba ayer por la mañana tras salir del edificio al que había vuelto para recoger algo de ropa. Su vivienda, en la que reside de alquiler, es una de las que está precintada por tener problemas estructurales. En ella se rompieron dos ventanas (de una incluso se despegó el hormigón) y los techos del cuarto de baño están a punto de desplomarse. «He entrado con los bomberos y he cogido algo de ropa pero en el cuarto de baño no he podido entrar ni con casco porque el techo está a punto de caerse», señala. Tras la explosión se asomó a la ventana, que da a los tejados de los Multicines Cáceres, y observó los escombros de las paredes del piso siniestrado, además de los depósitos de gas: «Se había reventado una tubería y de ella salía gas ya ardiendo. Me llevé un buen susto, pensaba que se venía todo el edificio abajo», recuerda. A los dos minutos de la explosión saltaron los diferenciales y se apagó la luz en todo el edificio, los vecinos tuvieron que bajar a pie a la calle.

Enrique, otro de los afectados, vive en una de las casas de la quinta planta con sus padres. Estaba delante del ordenador cuando sucedió la explosión. «Serían las 00.30 horas cuando escuché un ruido fortísimo, como una bomba», indicó. «Mis padres se alteraron, pero yo al principio no sabía qué era, pensaba que había sido lejos. Entonces empecé a oír gritos de gente pidiendo ayuda y socorro. Como vivo en el ático, me asomé desde arriba y me di cuenta que había fuego. Se veían las llamas».

Enrique se preocupó más cuando vio que el fuego subía desde el cuarto piso hasta la quinta planta. «Estaba ardiendo el patio de luz contiguo al mío. Veía las llamas salir por arriba como si fuera una chimenea ardiendo. Era impresionante». Entonces comenzaron a subir los bomberos y a desalojar a los vecinos, pero a ellos les pilló el humo. «Mi madre y yo nos quedamos atrás y no pudimos salir. Fuimos a entrar en el descansillo de las escaleras y le dije a mi madre que no podíamos bajar porque nos íbamos a asfixiar; nos fuimos para una ventana», señaló. Enrique fue evacuado sobre las 1.20 horas. «Nos bajaron por las escaleras, con unos paños en la boca cuando no había tanto humo ya». Pasó la noche en el hostal Neptuno, como otros de sus vecinos, y ayer se marchó a su pueblo hasta que pueda regresar a su casa. «Nos han dicho que por lo menos dos o tres días más tendremos que estar fuera. No hay luz comunitaria ni agua en el edificio».

Tercera planta

Alba y su hermana también vivieron momentos de angustia. «Lo peor fue cuando no sabíamos si iban a poder bajar a mis tíos», confesó. Alba vive en el 3º G y aseguró que «vibró toda la casa» en el momento de la deflagración. «Lo primero que se me vino a la cabeza fue que se había caído algún mueble de gran tamaño desde arriba o algo parecido».

Nada más lejos de la realidad. Su hermana fue a buscarla y comenzaron a oír a los vecinos. «Gritaban que había habido una explosión y pedían que sacaran los extintores. Inmediatamente llamamos a nuestros tíos (que viven en el 4º G y tuvieron que ser rescatados por los bomberos) y a los de la calle Periodista Sánchez Asensio, para que salieran».

Ellas bajaron corriendo por las escaleras. Luego, Alba trató de contactar con sus familiares. «Hablé con mis tíos del 4º G por teléfono cuando aún estaban dentro de casa. Fueron los peores momentos porque veíamos que no los desalojaban, que no los bajaban…», explicó. «Mi tía abrió la puerta y estaba todo lleno de humo. Entonces mi tío puso toallas húmedas en la puerta y la precintó con cinta adhesiva. Luego se fue a una ventana con mi tía y mi prima chica, que tenía un estado de nervios importante porque solo tiene 12 años. Yo, desde abajo, veía las tres siluetas en la ventana».

Al final, los familiares de Alba fueron igualmente evacuados y pasaron la noche repartidos entre el hostal Neptuno y viviendas de familiares. En los próximos días, los residentes del bloque 19 de la avenida Virgen de la Montaña irán recuperando, poco a poco, la normalidad.