La empresa más antigua de la calle Pintores es una zapatería que lleva 135 años abierta al público, desde 1875. De hecho, en 1999 le otorgaron la Medalla de Oro por sus 124 años de trayectoria hasta ese momento.

Carlos Peña es la actual generación al frente del negocio con pocos más cambios que los que dicta la moda: "mismo sitio, misma familia", corrobora. También reconoce que cuentan con un público bastante diverso, incluso turistas los fines de semana, "que antes no había", señala. En este aspecto, "se ha diversificado mucho", insiste. Y aunque es cierto que sigue habiendo clientes de toda la vida, "cada vez quedan menos asiduos", matiza.

Mantenerse durante más de un siglo requiere de esfuerzo e imaginación. "Hay que renovarse o el comercio muere", asegura el propietario, que no renuncia a introducir cambios cada cierto tiempo, sin perder la esencia. "El 99% es calzado, complementos no hay muchos", dice.