Aprobado, y con nota. La campaña que el ayuntamiento cacereño ha realizado en colaboración con el Ministerio del Interior para incentivar el uso del casco en la ciudad, demuestra que sólo el 5% de los motoristas prescinden de una obligación que cumplen el 95% de los encuestados. El concejal de Seguridad Ciudadana, Santos Parra, dio a conocer ayer estos datos y valoró el comportamiento "cívico y vial" de los vecinos.

La campaña, desarrollada del 15 al 30 de mayo por agentes de la policía local cacereña, ha permitido la realización de un muestreo en el que han participado 982 ciclomotores y 315 motocicletas. En lo que se refiere a los ciclomotores, 934 conductores sí utilizaban el casco y 48 no, mientras que, en lo que se refiere a los usuarios acompañantes, 124 lo utilizaban en ciclomotores y 27 no y 49 lo utilizaban en motocicletas y cinco no.

No obstante, pese a esta cifra no hay que lanzar las campanas al vuelo puesto que casi el 50% de las denuncias formuladas el año pasado por la policía local se interpusieron a conductores que no usaban casco reglamentario. La estadística también arrojaba otro dato desolador: en 131 de los 726 accidentes registrados en el casco urbano se vieron implicados motos y ciclomotores.

FUNDAMENTAL Las cifras cacereñas son muy similares a la media y eso fue lo que llevó a la Dirección General de Tráfico a desarrollar esta campaña por todo el territorio nacional. De hecho, todos los estudios realizados por la DGT en materia de seguridad vial coinciden en afirmar que la utilización del casco es fundamental para la prevención de accidentes de tráfico.

Los agentes han puesto especial atención en que el casco se utilice de forma correcta. De hecho, hay muchos jóvenes que portan el denominado casco calimero o quitamultas para las motocicletas, cuando sólo está permitido en los ciclomotores. Este tipo de cascos cuestan entre 18 y 20 euros. Los que se usan en las motos se encuentran por precios desde 50 o 60 euros.