Llegó a las 9.30 horas con su mujer a Urgencias del nuevo hospital, aquejada de un fuerte dolor abdominal. Desde que pasó a la sala de triaje (donde clasifican a los pacientes según su gravedad) no volvió a saber de ella. El protocolo del nuevo complejo prohibe a los familiares acompañar a los pacientes mientras se les atiende o se les realizan pruebas, tampoco pueden estar presentes mientras se les administra un tratamiento. En todo ese tiempo (cuatro horas) solo salió un celador a indicarles que debía acompañar a su mujer a hacerse una radiografía, pero nunca acudió nadie para informarles sobre su estado.

«Lo que me indigna de todo esto es el tiempo sin saber nada. Llegamos a las 9.30 horas y no volví a saber nada hasta las 13.30 horas, cuando el doctor le dijo a mi mujer que podía ir a la sala de espera a esperar los resultados, en todo ese tiempo nadie nos dijo nada de ella», se queja el cacereño Carlos Navarro. Su mujer salió a la sala de espera hasta con la vía puesta.

La espera no terminó ahí, sino que cuatro horas después los resultados de la radiografía aún no habían llegado. «A las 16.30 horas me acerco al mostrador donde pone información y me dicen que está equivocado el rótulo, que aunque pone información en realidad es admisión», dice indignado. Aún así acceden a atenderles. Una vez que reclamó los resultados, llegaron a los «ocho minutos». Cree que se habían olvidado de ellos porque el servicio está saturado. Solo hay dos médicos para atender a todos los pacientes que entran. «Lo que no entiendo es que haya solo dos médicos y ocho celadores, dos médicos para todo un servicio de Urgencias no es suficiente y así nos trataron», indica este cacereño.

Ante esta situación decidió solicitar la hoja de reclamaciones, pero no tenían ninguna en todo el complejo hospitalario. «Es algo inadmisible ¿o a caso cualquier establecimiento privado no tiene la obligación de tenerlas a disposición del cliente?», añade. Solicitó entonces hablar con el responsable de Urgencias que, según asegura, se negó a atenderle. Finalmente decidió poner una reclamación en el Servicio de Atención al Usuario. «Ese día no éramos los únicos que nos pasamos allí horas esperando, había una chica que había sido derivada a Urgencias por su centro de salud y llevaba desde las 13.00 horas sin ser atendida (eran las 16.30 horas)», señala Carlos Navarro.

En su reclamación, además de explicar lo que les sucedió aquel día, presenta su queja porque «se fume en la puerta de Urgencias», por la suciedad de las instalaciones, por el mal olor de los cuartos de baño, donde ya se observan desperfectos, y porque la sala pediátrica no funcione.

Por su parte el Servicio Extremeño de Salud (SES) indica que «el usuario ha ejercido su derecho poniendo una reclamación al Servicio de Atención al Usuario y recibirá la debida respuesta por los cauces oficiales, respetando así la confidencialidad de los pacientes».