Maestro de escuela y amante del canto coral desde los 16 años, Eulalio Acosta recibirá el próximo viernes el homenaje a una impecable trayectoria musical enseñando a niños y mayores el canto coral. Hasta cinco formaciones le rendirán tributo en un concierto organizado por el obispado de Coria-Cáceres y el Cabildo Catedral a las 20 horas en la Concatedral: la de Casar de Cáceres, el Orfeón Cacereño, la Compañía Lírica Extremeña, In Pulso y la Coral Santa María de la Montaña, que actualmente dirige.

"Hay que tener oído y capacidad de trabajo pero, sobre todo, paciencia", asegura Acosta acerca de las virtudes de un buen director. El, a sus 84 años, recuerda aún sus comienzos en el Seminario de Coria, su paso como profesor por Ecija y la estancia en Alemania, donde también formó parte de una coral. "Dicen que las inglesas y alemanas son las mejores", asegura, orgulloso de que su saber haya servido también para que los alumnos del Paideuterion o Sagrado Corazón aprendan a cantar.

Con Modesta, su mujer, que también viaja con la Coral Santa María de la Montaña, Eulalio Acosta ha recorrido media Europa. Esta formación la componen en la actualidad más de 30 personas que, como define el director, forman una "familia".

Aunque prefiere no citar ningún lugar en concreto de todos los que ha visitado, Acosta sí habla del "aplausímetro", la manera que tiene que medir la respuesta del público al final de cada concierto. Su mayor satisfacción, añade, ha sido enseñar a los más pequeños. En Tánger también pudo hacerlo en el colegio español Ramón y Cajal.

Consciente del cariño recibido gracias a la música, al director de la coral Santa María le satisface haber logrado que su disciplina favorita sea el motor de su vida. De hecho, tiene claro que seguirá cantando todo el tiempo que haga falta en su formación. "Puedo decir que he cumplido todos mis sueños", afirma al ser preguntado por si le queda alguno por delante.

Con la sonrisa de quien se siente bien, Eulalio Acosta acaba su conversación con el periodista regalándole un caramelo. Tiene que marcharse al ensayo. Le espera lo mejor que descubrió cuando era niño.