El exceso de ruidos obliga a clausurar parte de la maquinaria de una carnicería ubicada en la avenida de la Constitución, en Aldea Moret. La superación de los límites establecidos molestaba a una familia cuya vivienda se encuentra justo encima de la sala de máquinas, que lo denunció en varias ocasiones a la policía y al ayuntamiento. Este verano se llevaron a cabo las primeras mediciones que concluían que la carnicería cumplía con la normativa. Sin embargo las realizadas hace unas semanas demuestran que las máquinas exceden los decibelios establecidos.

Según indica el abogado de los propietarios del negocio, el precinto de la maquinaria es "provisional" y aclara que "en ningún momento se ha ordenado el cierre de la carnicería".

Tal y como publicara este diario en el mes de junio, la familia lleva denunciando esta situación desde hace seis años. El malestar por los ruidos ocasionados les ha llevado incluso a trasladar su dormitorio al salón (la habitación linda con la sala de máquinas) para poder conciliar el sueño, ya que, según aseguraban, el suelo y la cama vibran por la noche por los ruidos de las cámaras frigoríficas del establecimiento.

La dificultad para conciliar el sueño les ha afectado también en su vida diaria. El padre, José Antonio Erce, sigue un tratamiento por depresiones y ansiedad y su hijo pequeño está inquieto.