La trágica muerte de María Julia Gamero causó una gran conmoción en la ciudad y provocó, también, que muchos levantarán la voz exigiendo una mejor regulación del tráfico en el tramo urbano donde ocurrió el accidente, uno de los de mayor siniestralidad de la ciudad.

Lo hicieron desde los vecinos a profesionales del transporte, profesores de autoescuela e incluso responsables de la policía local. Y también, a través de este diario, el marido y el hijo de la fallecida, que sin poder dar crédito a lo ocurrido, y pese a su gran dolor, levantaron también su voz para exigir medidas que eviten la excesiva velocidad con la que se conduce en ese tramo, "para que la muerte de mi mujer sea la última que haya en estas curvas", manifestaba José Gómez sin poder ocultar su profundo dolor.

Y es que María Julia Gamero, que hacia cada día el mismo recorrido en ciclomotor desde la calle Gómez Becerra, donde trabajaba en una bocadillería, hasta su casa en la barriada de Pinilla, "era lo más prudente del mundo", pero el tramo donde perdió la vida "es un punto negro", en el que la regulación de los tres semáforos "es insuficiente".