Los Jardines del Museo de Historia y Cultura Casa Pedrilla y Guayasamín son hasta el próximo 23 de agosto el escenario de artistas nacionales e internacionales encargados de llenar de un sonido especial las noches de ‘El Pedrilla’. El próximo 9 de agosto le toca el turno al extremeño Gecko Turner. Cantando en inglés, español (a veces en portugués) y en una especie de ‘lengua’ de su propia cosecha, donde la jerga local, la jerga extranjera y las palabras inventadas se combinan poéticamente y sus canciones siempre resultan ingeniosas.

La forma en que graba, escribe, compone y produce da como resultado algo a lo que él se refiere como soniquete, una palabra que se usa a menudo en el mundo del flamenco para referirse al ritmo y al sonido.

Nacido y criado en 1966 en Badajoz, se empezó a empapar muy rápido de una ingente cantidad de discos que le apasionaban, pronto aprendió a tocar la guitarra y las canciones de sus artistas favoritos de la época como Bowie, The Kinks o Talking Heads.

En 1984, los sonidos afrocubanos de Dizzy Gillespie inundaban su cabeza, y un Gecko ya no tan pequeño hizo auto-stop por polvorientas carreteras ibéricas hasta llegar al Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, donde Dizzy tocaba. Fue ese período de descubrimiento del blues y el jazz engeneral (y del be bop en particular) el que resultó ser el momento decisivo tanto para él, como para su música.

En el año 2003 lanzó Guapapasea!, su álbum de debut tanto para él como para Lovemonk Records. Este primer lanzamiento de la discográfica encapsuló perfectamente el sonido ecléctico de Gecko, que se convirtió en (y sigue siendo) la base de la filosofía musical de este sello discográfico, definida perfectamente por su eslogan: ‘Lovemonk, discos buenos’.

Actuará el próximo viernes con entrada gratuita hasta completar aforo.