24 horas de música, 22 grupos, 90.000 voltios de sonido, 190.000 kilowatios de luz, más de 8.000 espectadores --según las previsiones de la organización--... Con estas cifras es casi imposible negar que el festival Extremúsika, que acogerá mañana y el sábado el recinto hípico, convertirá a Cáceres en la ciudad del rock.

La organización, la promotora A Vallekas Producciones, no ha querido ofrecer de momento datos de la venta anticipada de entradas, sólo que el ritmo que ésta lleva hace suponer que la tercera edición del festival arrasará en taquilla como ha arrasado en cartel. "Se superarán los 8.000 o 9.000 asistentes que tuvo en el 2004". De ser así, sería el empuje definitivo para consolidar el festival como cita anual con el rock.

De hecho, la respuesta del público ha ido engordando el festival. El cartel de la primera edición, en 1998, sólo lo componían seis grupos: Ska-P, Reincidentes, Porretas, Mamá Ladilla, Canallas y Dover (también en dos días). El año pasado: Fito y Fitipaldis, Marea, Albertucho, Poncho K, Despistados y Sinkope (sólo en un día). Este año, la organización ha tirado la casa por la ventana: dos días al completo con 22 grupos.

La música sonará de forma ininterrumpida desde la tarde hasta la madrugada. Los conciertos durarán una hora, media o 45 minutos, según el grupo. Entre actuación y actuación, se intercalará un espacio bautizado como Extremúsika-radio, en el que Chema Gallego pinchará discos como en la radio "para que --se explica desde la organización-- la gente no pare de bailar".