La madrugada del pasado martes falleció en el Instituto Guttman de Barcelona, Sandra Jiménez, la joven de 19 años, natural de Madroñera, afectada de lupus. Había sido trasladada hasta la ciudad condal para recibir terapia neurológica y lograr recuperarse, ya que los medicamentos que le habían sido administrados en Extremadura para combatir la enfermedad que padecía terminaron por provocarle una hipoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro), que la dejó postrada en una cama. En Barcelona había avanzado mucho, de hecho hace dos meses su madre contaba a este diario que ya conseguía mover los brazos y las manos y comunicarse con su familia a través de gestos con sus ojos. No se explican lo sucedido, por lo que han solicitado una autopsia para conocer la causa del fallecimiento.

Según comentó ayer su progenitora, Felicidad García, todo iba sobre ruedas. Horas antes de que falleciera había estado con su hija de paseo, le dio de cenar y la acostó. Sobre las 21.30 horas se marchó, ya que, según indica, en la clínica no les permiten acompañar a los enfermos durante la noche. A las seis de la madrugada recibieron una llamada alertándoles del trágico final. Los médicos creen que se debe a un paro cardíaco ya que, cuando las enfermeras acudieron a la habitación de Sandra, su corazón ya no tenía pulso.

«Nunca pensé que esto podía terminar así. Mi niña había adelantado mucho, había pasado por todo pero ya estaba mejor. No le encuentro explicación a esto», señalaba ayer su madre. La joven ya intentaba incluso incorporarse de la cama, apretaba las manos e intentaba mover las piernas. Su familia continúa en Barcelona, a la espera de que se le practique la autopsia y poder regresar después a Cáceres.

La joven ha vivido un calvario. Todo comenzó en el año 2015 cuando se le diagnosticó lupus. Dieron con la enfermedad en Badajoz ya que en el San Pedro de Alcántara no lograron averiguar qué le ocurría (tenía síntomas variados, le dolían las rodillas, el estómago, la cabeza, vomitaba e incluso se quedaba rígida; de hecho hubo una temporada en la que solo podía moverse de la cama al sofá). Fue tratada en el hospital Infanta Cristina de Badajoz, pero los medicamentos le provocaron una parada cardiorrespiratoria y terminó por ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Después fue necesario realizarle una traqueotomía para que pudiera respirar y se ordenó su traslado al San Pedro de Alcántara para que los otorrinos de este centro siguieran un control de la joven.

UNA TRAQUEOTOMÍA / En el hospital cacereño ingresó con hipoxia cerebral. Los médicos le aconsejaron cerrar la fístula de la traqueotomía que se le había realizado, una intervención que debía llevarse a cabo en Badajoz, pero sus padres se negaron a trasladar a su hija al hospital donde le habían provocado los problemas cerebrales. Tras una lucha judicial consiguieron que el Servicio Extremeño de Salud autorizara realizar dicha intervención en el centro Quirón Salud Infanta Luisa de Sevilla.

El pasado 4 de septiembre habían logrado otro nuevo avance: Consiguieron que el SES autorizara su traslado al Instituto Guttman de Barcelona, uno de los más prestigiosos a nivel internacional, para recibir neurorehabilitación, necesaria para lograr recuperarse. Los padres habían mantenido un litigio con el SES porque querían que su hija llegara a curarse y en la región no existen centros como este que ofrezcan terapias tan exhaustivas. Todo iba según lo esperado y en poco tiempo la evolución había sido muy grande pero ahora todo se ha truncado. Descanse en paz.