Luto en el mundo de la cultura. Fernando Turégano, crítico de cine y asesor de la Filmoteca de Extremadura, falleció el pasado martes a los 75 años en Bruselas cuando se dirigía en un avión a Budapest para pasar unas vacaciones. Sus restos mortales permanecían ayer en la capital belga hasta que la embajada española realice su traslado el viernes a Madrid, desde donde viajarán a Cáceres para recibir sepultura el sábado a las 10.30 horas en San Juan, según informaron ayer familiares del fallecido.

Licenciado en Derecho y funcionario de la Inspección de Trabajo antes del comienzo de la democracia, Turégano fue director provincial del Instituto de la Seguridad Social (INSS) en Badajoz en la década de los 70 y, posteriormente, se trasladó en los 80 a Castilla y León, en la que también fue un alto cargo de este organismo en Burgos y Valladolid, ciudad en la que se jubiló, regresando a Cáceres, donde vivía.

Viudo y sin hijos, deja atrás una brillante trayectoria marcada por su amor al cine y las artes escénicas, de las que era un perfecto conocedor. Según la versión ofrecida por su familia, el crítico empezó a sentirse mal durante el vuelo a la capital húngara y, tras hacer escala en Bruselas, fue trasladado a un hospital, donde falleció horas después. Turégano había sido operado de cáncer en dos ocasiones.

La noticia produjo ayer una honda consternación en círculos culturales por el cariño y la admiración de la que se había hecho merecedor. La consejera de Cultura, Leonor Flores, anunció ayer que su departamento estudiará "hacer algún tipo de reconocimiento" a Turégano, al que también le unía una relación personal. Entre las opciones que se plantean, está que la sala de proyecciones de la Filmoteca de Extremadura en Cáceres lleve su nombre.

Francisco Rebollo, director de este centro, recordó la aportación de Turégano en los inicios de la filmoteca y su doble faceta humana y de conocimiento: "Siempre te aportaba la experiencia de una persona mayor y la frescura de un joven". Asimismo, destacó las ganas de saber que demostró siempre y su pasión por el cine. "Siempre estaba en primera fila y había visto las películas antes que todos", dijo.

UN HOMBRE CULTO Amante de los viajes y la música, también fue un gran coleccionista y un asiduo a festivales de cine. En 1999 fue reconocido por el Festival de Cine Español de Cáceres con un premio San Pancracio. Cristina Leirachá, exconcejala de Cultura y amiga personal del fallecido, glosó ayer su figura: "Su formación era espectacular, cultísimo y con una mente universal. No olvidaré su ingenio y facilidad en la expresión y su personalidad particular".

En su última aparición pública, Turégano participó en la exposición fotográfica Sorprendente Cáceres sorprendente , realizada por Luis Casero y Pepe Higuero y patrocinada por la Asamblea. En ella reflexionaba sobre la candidatura cacereña a la capitalidad cultural europea del 2016 y señalaba que le parecía "importantísimo" que Extremadura quisiera que una de sus ciudades fuera durante un año protagonista europea en la cultura.

En esa intervención, destacaba la proyección internacional del título, "ya que convertiría en un gigantesco plató el barrio monumental y en pieza apetecible para los realizadores europeos que podrán situar importantes producciones cinematográficas".