Sucedió el pasado miércoles tras una sesión de crossfit en uno de los gimnasios de la ciudad. Un hombre, policía nacional de profesión, murió tras un paro cardíaco. Distintas fuentes del cuerpo de seguridad del Estado confirmaron ayer la noticia a este periódico, al igual que un representante del centro deportivo, aunque prefirieron no dar nombre o edad del fallecido por respeto a su familia, que se encuentra «sumida en un profundo dolor». Compañeros y familiares del fallecido le daban ayer su último adiós en el tanatorio de la capital cacereña.

Pero el de este policía no resulta un hecho aislado. Ángel Martín, especialista en medicina deportiva en Cáceres, afirma que «tanto en Europa como en Estados Unidos, la incidencia media de este tipo de casos es de 1 o 2 muertes por cada 100.000 habitantes al año». El auge del deporte en los últimos años ha permitido que los gimnasios estén repletos y que mucha gente haya cambiado hábitos sedentarios por otros más saludables, aunque todo engloba un riesgo. Las causas de estas defunciones, como señala el propio Martín, responden a una mala planificación al comenzar a hacer ejercicio por parte, sobre todo, de los deportistas noveles, ya que muchos de ellos no siguen las recomendaciones sanitarias ni toman las precauciones necesarias.

«El problema es que no se realizan los suficientes reconocimientos médicos. Ese es el factor principal», argumenta Martín, que focaliza el problema, sobre todo, en los deportistas aficionados. «A los profesionales se les hacen pruebas continuamente para descartar factores de riesgo, pero los deportistas populares no suelen llevar un control médico previo a la actividad física», afirma este profesional de la medicina que trabaja, entre otros, con el equipo de baloncesto de la capital cacereña.

El riesgo, prosigue Martín, se deriva también de la intensidad en el esfuerzo del deportista. «También debe haber una progresión. No vale, si no has hecho ejercicio nunca, ponerte a correr treinta kilómetros al día, porque es muy peligroso», razona. «Muchas veces, la persona que hace deporte ni siquiera sabe que tiene un riesgo», añade, y dice también que hay dolencias que se pueden combatir. «En personas por debajo de los 30 años hay enfermedades que son fácilmente detectables. Y por encima de esa edad existen cardiopatías coronarias que esconden factores de riesgo que hasta entonces puede que no se hayan podido ver», manifiesta. Por todo ello, aconseja a los deportistas noveles que sigan los protocolos que marca la Sociedad Española de Medicina del Deporte que, por otro lado, trabaja en campañas como la de instalar desfibriladores en los centros deportivos.