Los familiares de los usuarios del centro residencial El Cuartillo --conocido como la residencia Asistida-- reclaman que el autobús llegue hasta la puerta del edificio. Desde siempre ha sido así pero, con los cambios en las líneas de autobús urbano que llevó a cabo el ayuntamiento hace ya más de año y medio para hacer más rentable el servicio, la parada se trasladó unos cien metros, en mitad de la carretera, en la avenida de la Universidad.

A simple vista cien metros no es una distancia significativa. Sin embargo la mayoría de las personas que acuden a diario a visitar a sus familiares son mayores, muchos con movilidad reducida. Es el caso de Máxima Chacón. Tiene 84 años y problemas en las piernas; para caminar necesita ayudarse de un bastón. Hace unos meses que su marido está interno en la residencia asistida y acude a diario a visitarlo. "Llevamos 60 años juntos. Me voy todos los días por la mañana temprano, me como un bocadillo allí con él y me vuelvo por la noche", comenta (las visitas son hasta las 20.30 horas). En invierno se ve en la obligación de salir más temprano de la residencia debido a que anochece antes y ella sola no puede caminar hasta la marquesina. "No se ve nada, me da miedo tropezarme", señala Máxima Chacón.

La situación se complica los días de lluvia. "Es un camino muy largo, cuando llueve nos mojamos porque no podemos caminar a oscuras, con el bastón y el paraguas", asegura. El matrimonio no tiene hijos que les trasladen en coche. "Si quiero quedarme hasta más tarde con mi marido tengo que coger un taxi, que me cobra 12 euros, no me lo puedo permitir con mi pensión", protesta.

LA LINEA 3 La línea que lleva a la asistida es la 3, que une plaza de América con el centro penitenciario. Los usuarios han recogido firmas para exigir que se retorne a la situación anterior y que el autobús vuelva a entrar en el centro residencial. De no ser posible, los afectados reclaman que se busquen otras soluciones, como habilitar un microbús que cubra el trayecto, al menos, desde la residencia hasta la parada de autobús por las noches. Es la segunda vez que recogen firmas, ya presentaron cerca de medio millar hace unos meses en el registro del ayuntamiento.

La marquesina se encuentra cerca del paso peatonal que construyó el ayuntamiento en 2012 y que une la glorieta de la universidad con la residencia. Fue ejecutado mediante un convenio firmado entre el consistorio y el Ministerio de Fomento, que permite urbanizar zonas de la ciudad que lindan con carreteras nacionales, en este caso la de Trujillo, la N-521. Este tramo se construyó precisamente para facilitar el trayecto andando hasta el centro de mayores, pero los usuarios reclaman ahora que se facilite también el acceso en transporte público.

Este diario preguntó ayer al gobierno local sobre si se contempla una solución para los usuarios de la residencia asistida, pero no recibió respuesta.

Los cambios en las líneas de autobús comenzaron en agosto del 2014. No solo se quejan de las modificaciones los usuarios de la asistida, también en el Junquillo, porque el bus no entra en la barriada; en Valdesalor, donde se suspendió el servicio por el bajo número de usuarios; o en Cáceres el Viejo, cuyo autobús solo llega a Hernán Cortés y reclaman que llegue hasta la Cruz de los Caídos.