Un año más y van 105. Anatolia Francés recibió ayer un nuevo homenaje por su cumpleaños en la residencia de válidos de la avenida de Cervantes, donde reside desde 1974. No es solo la veterana del centro, sino la segunda abuela de la ciudad. Angela Escandón, la cacereña más longeva, le lleva unos meses de delantera: el 2 de agosto cumplirá 106 años.

Anatolia recibió ayer un ramo de flores y las felicitaciones de decenas de residentes, personal del centro y de algunos de sus familiares que se acercaron al sencillo homenaje que se rindió a su vejez. Ella lleva años contestando a las mismas preguntas, pero lo hace con paciencia como si fuera la primera vez. ¿Cuál es su secreto? Apúntense la receta: "Cenar poquito. Una sopa, leche, un yogur...".

Tras el ritmo pausado y algo torpe propio de su edad, que trata de mitigar con su inseparable andador, la anciana esconde aún una gran vitalidad e independencia y, por supuesto, una salud de hierro. "Solo toma una pastilla al día y todavía se lava ella a mano su combinación y la ropa interior", explica con tono de alabanza y envidia un miembro del personal.

Anatolia Francés nació en Puertollano, pero su familia, dedicada a la joyería, se trasladó a Cáceres siendo ella muy niña. Fue maestra en varias localidades de la provincia hasta que decidió dedicarse a la enseñanza privada para formar a opositores de Correos y Telégrafos. No tuvo hijos y es una pena, porque sus genes hubieran sido su mejor herencia.