Igual usted no lo ha celebrado, pero 1.379 millones de chinos sí, más los repartidos por la ‘diáspora’ china en medio mundo. Ayer, el gigante asiático, el país más poblado del mundo, la segunda potencia económica del planeta (camino de ser la primera) celebró el día más importante de su calendario, el año nuevo. Según sus cuentas, están en el 4716. Desde ayer y hasta el 2 de marzo, quince días de celebraciones, donde los rituales tradicionales se suceden en un cúmulo de creencias. A pequeña escala, la comunidad china en Cáceres también ha celebrado esta festividad. Hui Hua Zheng, del restaurante Pekín, tuvo su cena familiar la noche del jueves, como aquí nuestra Nochevieja. Aunque lleva treinta años en la capital cacereña, sus hijos nacieron aquí, combina las festividades típicas de nuestro país con las de su China natal, «este día, se regalan sobres rojos con dinero», señala.

Este 4716 supone la transición del año del gallo de fuego al del perro de tierra. Los nacidos bajo su signo, según la creencia china, se caracterizarán por ser fieles y leales. Pero hay más rituales, «hay que comer, al menos, un plato de pescado», explica Hui Hua Zheng, que expresa el deseo «de que te sobre el dinero». También, un plato elaborado con pasta de arroz, «para que el año próximo sea mejor, una mandarina, que simboliza la paz», cuenta Zheng, y así un largo etcétera de tradiciones de un país que combina la modernidad con las costumbres más arraigadas. Si pueden, aprovechen y celebren esta año nuevo 4716.