Extregusta cerró ayer su sexta edición con 137.500 tiquets vendidos, 2.500 más que el pasado año, lo que supone un logro en época de crisis. "En un contexto de crisis en el que los establecimientos tienen una reducción de ingresos de más del 30%, estas cifras son un éxito", explicó el gerente de Ifeca (institución organizadora del evento), Rafael Robina.

La afluencia de público y la venta de consumiciones ha llevado a la treintena de expositores participantes a solicitar su participación en la próxima edición porque, dicen, esta feria es "un escaparate" para ellos, porque les permite mostrar las tapas que después venderán en sus establecimientos.

Durante los tres días de feria, a pesar del intenso calor, el paseo de Cánovas (donde tuvo lugar la muestra) ha sido un hervidero de personas, que se agolpaban buscando algo para beber, comer, o bajo los árboles por la sombra. Policía y Conyser han trabajado duro durante el fin de semana para que todo estuviera en orden: "es importante destacar la labor de Conyser porque en el paseo ha habido una limpieza extrema. Y de la policía que ha velado por la seguridad, a pesar de que no ha ocurrido ningún incidente importante", explicó el gerente de Ifeca.

El comité organizador de Extregusta deberá reunirse ahora para decidir si la feria continúa en el paseo de Cánovas, como solicitan los expositores, o cambiará de ubicación de cara al próximo año.