Durante estos días se celebran las fiestas de San Fernando en un ferial que no existiría si no se hubiese producido la crisis del ladrillo, que en Cáceres estaba cantada dada la desaforada expansión urbanística de finales de los noventa y la primera década del siglo XXI.

La reordenación del espacio que rodea al ferial y su traslado siempre han quedado pendientes. La reordenación se planteó por primera vez en 1994 y 1995, pero no se plasmó en el plan de urbanismo de 1999, del que nacieron urbanizaciones ya consolidadas como Montesol, Ronda, Casa Plata, Macondo o Maltravieso, barrios a los que se sumaron otros ni siquiera previstos en el ordenamiento de la ciudad y creados por leyes autonómicas como Residencial Universidad, Gredos, Cáceres el Viejo, La Cañada o El Junquillo.

Los terrenos del antiguo campo de aviación, todos los que rodean al actual ferial, quedaron como suelo no urbanizable en el plan de urbanismo de 1999. Después hubo nuevos intentos de los propietarios del terreno para su inclusión en el ordenamiento urbanístico de la ciudad para dar al suelo usos residenciales y terciarios. En 2003 se descartó introducirlo con una modificación puntual de la normativa urbanística y ayuntamiento y Junta acordaron que la reordenación del ferial pasase a ser el germen de la revisión del plan general de urbanismo, una actualización que entró en vigor en 2010 y cuyas previsiones tardarán muchas décadas en completarse.

Entre esas previsiones está la reordenación del ferial con una actuación en suelo urbanizable que abarca una superficie de 166 hectáreas, entre las que están las 40 que se reservan para el traslado del ferial y que están al sur del actual recinto, que ocupa una superficie de 19 hectáreas. El nuevo ferial doblaría la superficie del actual, aunque con el contenido que ahora tiene el recinto parece que es demasiado terreno.

Estas 19 hectáreas más otra parcela de 25.000 metros cuadrados es el terreno que aporta el ayuntamiento a la agrupación de interés urbanístico para la distribución de cargas y beneficios en el desarrollo de este nuevo sector en suelo urbanizable, que en el plan general de urbanismo se denomina Nuevo Ferial.

En este sector hay 683.036 metros cuadrados edificables para usos lucrativos, más de la mitad son para viviendas (el potencial en el plan es 4.200 pisos) y 112.805 son para usos terciarios --la zona comercial aparece en el plano--, que es lo primero que se quiere desarrollar y que es lo que tiene mayor potencial.

Esa edificabilidad para usos comerciales se reparte en las dos parcelas que ocupan 15 hectáreas en la media luna entre la carretera de Mérida y la carretera de acceso al actual ferial y a la ITV. Es lo primero que se quiere desarrollar con la urbanización de las calles para la venta de los terrenos.

El programa de ejecución para el desarrollo del nuevo sector, empezando por los suelos comerciales, está desde hace más de medio año en el ayuntamiento. Su tramitación se ha visto afectada por la obligación de conservar algunas de las edificaciones militares que aún hay en la zona, pero en las próximas semanas deberá pasar por la comisión de Urbanismo del ayuntamiento para su dictamen.

En cuanto al destino que se daría a los terrenos del actual ferial, en la reordenación prevista para la zona se reservan para aparcamientos y equipamientos (administrativos, sociales, docentes, culturales...). De las edificaciones existentes en la zona, solo la ITV y la campa aparecen como compatibles con la nueva reordenación que desde hace ocho años está en plano.