TTtodo comenzó en unos juegos Olímpicos. La infanta Cristina conoció a un joven jugador de balonmano de nombre Iñaki Urdangarin que, con el tiempo, habría de convertirse, como consorte, en Duque de Palma.

Es a partir de la creación del Instituto Noos, institución creada sin "ánimo de lucro", cuando Urdangarin comienza una trayectoria especulativa, amparado por su vinculación con la familia real. Las puertas de las instituciones públicas se abren sin dificultad para subvencionar proyectos y publicitar eventos deportivos, todos ellos dotados con fuertes aportaciones de dinero público, sin que muchos de los "donantes" comprobaran si estos proyectos o eventos respondían verdaderamente a actuaciones sociales o deportivas que justificaran las fuertes cantidades entregadas al Instituto Noos. El tiempo pone a cada uno en su sitio. Iñaki Urdangarin ha traspasado los límites de la moralidad, perjudicando gravemente a la Corona. Pero el deterioro de la institución monárquica no solamente corresponde a Urdangarin; nuestro monarca, también, por otros motivos. Ha sobrepasado la línea roja que como máximo exponente de la Corona nunca debió pisar. La cacería del Rey en Africa trajo como consecuencia fuertes críticas desde todos los estamentos del país, hasta el punto que Don Juan Carlos tuvo que salir a pedir perdón a través de los medios. La difusión de la imagen del Rey fotografiado junto al trofeo conseguido no hubiera tenido la trascendencia que ha tenido si, junto a su imagen, no hubiera aparecido la princesa Corina , cuya presencia en nuestro país ha suscitado múltiples comentarios. No hace falta recordar al lector la trayectoria e inclinaciones de los Borbones hacia el género femenino y don Juan Carlos no iba a ser una excepción. Como contraste a la trayectoria de alguno de los miembros de la casa real, doña Sofía asumió desde el primer momento el importante cometido que conlleva ser la esposa del monarca. Doña Sofía, ha demostrado ser una persona equilibrada y paciente capaz de asumir estoicamente y en silencio los avatares por los que está pasando la institución monárquica. Son muchas las circunstancias - planificadas o no - para que se abra un capítulo de acoso y derribo a la monarquía, donde desde diversos sectores "progresistas" se reivindica la República, desconociendo históricamente la mayoría de estos grupúsculos el fracaso de la II República.

Al parecer, todo vale a estas minorías con tal de conseguir su objetivo. Acaba de publicarse un libro contra la princesa Leticia, cuyo autor es primo de la misma y a la vez su abogado, que faltando a los más elementales principios de la deontología del derecho, David Rocasolano, se ha atrevido a vocear cuestiones que corresponden a la vida íntima de doña Leticia. ¿Por qué ahora se publica esta noticia, cuando se tenía conocimiento de ello desde hace diez años? Pero el "leitmotiv" de estas manifestaciones y las reivindicativas de los republicanos en realidad, no es que pretendan derribar la Monarquía; sino más bien, recuperar un poder que las urnas les han negado.