TEtn el presente año que se inicia, se cumple el 125 aniversario de la creación y puesta en marcha de la Banda Municipal de Música de Cáceres, el referente musical más longevo de cuantos hayan existido en la ciudad. El nacimiento de la banda se debe a la iniciativa de un músico itinerante que vino a Cáceres hacia 1884, se llamaba Arturo Rosich y Escobar , era natural de Alicante y se instaló en la ciudad en compañía de su esposa, una malagueña llamada Gertrudis Martínez .

En el mes de mayo de 1887, el maestro Rosich envía una carta al ayuntamiento de la capital proponiéndole la creación de una Escuela de Música de la cual pudiera salir una futura banda que sea para la ciudad "un factor de cultura y progreso" según el propio Rosich. Así mismo, se ofrece para dirigir la escuela y pide que se le conceda un salario de 1.500 pesetas al año para ejecutar su proyecto.

En junio de 1887 se inician los trámites para la creación de la Escuela de Música Municipal. Para ello, el ayuntamiento y el propio Rosich, se ponen en contacto con la conocida firma de instrumentos musicales de Enrique Marzo , una de las más afamadas de la capital de España, para que le proporcionen los instrumentos musicales y los métodos de cada uno de ellos. Se adquieren por 6.008 pesetas flautines, trombas, saxos, cornetines, platillos, clarinetes, bombardinos y métodos para el aprendizaje de estos.

De forma paralela se redactará el denominado Reglamento de la Academia de Música y Banda Municipal. Se formulan los derechos y deberes de los futuros músicos entre los que hay que destacar que para formar parte de la Banda había que saber leer y escribir, ser mayor de 8 años y menor de 20, ser vecino o hijo de vecino de la capital, observar buena conducta moral y religiosa o quedar prohibido que los músicos entren en bares con el uniforme de la banda.

En los inicios de 1888 comienza su andadura la Banda Municipal de Cáceres, una formación que ha viajado desde las postrimerías del siglo XIX hasta los albores del XXI, ha conocido monarquías, repúblicas y dictaduras, siendo un importante testigo histórico de los últimos 125 años de la vida musical cacereña.