NACIO EN CACERES, EN 1963.

TRAYECTORIA TRABAJA DESDE HACE 20 AÑOS EN ENTIDADES FINANCIERAS, VINCULADO A IMPAGADOS Y RECOBROS.

PERSONAL SE AUTODEFINE COMO "FEO, CATOLICO Y SENTIMENTAL".

Dos décadas de carrera profesional en entidades financieras en el ámbito de impagos, departamentos de recuperaciones y recobro le confieren autoridad para hablar, al menos en clave de humor y desde el respeto, sobre los deudores. El moroso, ese gran desconocido es el debut de Fernando Angel Lumbreras como escritor. Ayer lo presentó en la Cámara de Comercio.

--¿Hay que conocer al moroso?

--Es ironía, pero también que no siempre conocemos la causa.

--Dice que el moroso es un tema de rabiosa actualidad. ¿Es por la crisis o venía de antes?

--Evidentemente la actualidad en la morosidad está fundamentada en el problema de la crisis, en el daño que está haciendo a empresas y particulares en el impago.

--No es que todos llevemos a un moroso dentro.

--No, no, no. El moroso es una persona normal localizada en el espacio y el tiempo. Tiene todos los derechos y no nace, se ve abocado a esa circunstancia, bien por falta de cabeza el programar sus gastos, por la situación actual o la civilización del consumo en la que vivimos.

--¿Cómo se muestra con humor un tema con un trasfondo grave?

--Con mucho respeto. Todas las circunstancias son susceptibles sacarles punta. Es humor negro.

--¿El libro es una catarsis tras 20 años entre impagos y recobros?

--Es evidente que al escribir se han plasmado esas relaciones con morosos. Pero la base es verlo desde la ironía. El libro admite una primera lectura con humor, una estructura formativa con datos de esa experiencia y una tercera lectura que critica la sociedad que estamos creando, basada en el consumo.

--¿Estamos en una sociedad propensa a la morosidad?

--Sí. Asumimos gastos más allá de lo que debemos o podemos pagar. Vemos qué consumen los demás, el último coche y no disfrutamos de lo que tenemos. Y la gente no es feliz.

--Habla también de la historia del moroso, ¿en qué ha cambiado?

--Niego que el mono fuera el primer moroso y también que lo fueran Adán y Eva, porque la manzana estaba allí, aunque luego lo pagaron bien... En los inicios del trueque nace el primer moroso y el moroso recalcitrante.

--¿Y cómo se le hace frente?

--Ese moroso escapa vivo, es profesional y busca artimañas para escapar y constituir más deuda.

--De hecho dedica dos capítulos a dar consejos sobre cómo cobrarles. Vaya tarea ¿no?

--Y es un tema que daría para un libro por sí mismo. Por ejemplo: todo el mundo, en algún momento del mes tiene algo de dinero. El que no maneja nada es mejor dejarlo, porque nadie da lo que no tiene.

--Dice que da las claves para evitar cruzar la línea de la morosidad.

--Es que todos somos susceptibles de ser morosos. La sociedad actual nos lleva a no cuadrar las cuentas como debiéramos.

--¿Los cobradores disfrazados son efectivos?

--Si existen será porque lo son, aunque en entidades financieras, que es donde yo trabajo, no se usan. Pero el moroso recalcitrante también escapará de ellos.

--¿El moroso despistado?

--No hay perfiles, porque cada persona tiene unas circunstancias y valores que la condicionan en cada momento. Todos a lo largo e nuestra vida sufrimos un retraso en algún sitio. Quien no haya sido moroso, aunque sea en el quiosco o en el bar, que tire la primera piedra.

--¿Y el que debe dinero al moroso, es como el que roba al ladrón, y tiene mil años de perdón?

--Ni mucho menos. No se puede calificar moralmente a nadie. Deber a un moroso es igual de criticable que el moroso que debe. Que él lo sea no nos da derecho a nosotros a serlo. No podemos tomarnos la justicia por nuestra mano.

--Deme algún consejo para cobrar a pequeños morosos.

--Menos las armas lo que quieras. El fundamental es partir de la base la mayoría de la gente en algún momento del mes y por cualquier motivo, tiene algo de dinero.