El dirigente del Sindicato Médico Extremeño (SIMEX) en Cáceres defiende que el sistema sanitario público sería más eficaz si los médicos pudieran dedicar más tiempo a ejercer la medicina y los pacientes fueran responsables con el uso que hacen de los servicios médicos. El paciente no siempre tiene la razón.

--¿Qué tal anda de salud el colectivo médico?

--No son los que más salud disfrutan. Pero tenemos la satisfacción de asumir una tarea en la que por más quejas que haya, sabemos que resuelve problemas.

--Las quejas de los pacientes están motivadas por las listas de espera y la saturación de consultas y complejos hospitalarios...

--A nadie se le escapa que el médico quiere realizar su profesión en las mejores condiciones y con la mayor rentabilidad para la población a la que atiende. Pero la eficiencia que todo el mundo pide no es fácil de conseguir, y en el caso de los médicos se producen muchas deficiencias en el sistema sanitario que provocan que eso se acentúe. Las circunstancias son las que son.

--¿Y cuales son las reivindicaciones de los médicos?

--Han cambiado igual que han cambiado las de los pacientes porque ahora la medicina resuelve más problemas que hace 25 años. La esperanza de vida se ha incrementado y ha hecho aparecer nuevas enfermedades. Reivindicamos trabajar más de médicos que de otra cosa. La burocracia no siempre lo permite y no sirve de nada que resolvamos cantidad de problemas si la organización del sistema impide que lo hagamos. La burocracia es enemiga de la medicina y resta mucho tiempo al médico.

--¿Qué es la burocracia?

--Es actualizar expedientes, redactar documentos, justificantes y recetas. En el mundo rural la receta electrónica comienza a funcionar, pero no en las grandes ciudades. Ahí es donde el médico necesita más ayuda.

--¿Cuál sería la solución?

--Se ha dado un paso importante con la implantación del programa JARA, el sistema informático del Servicio Extremeño de Salud. Nos da muchos quebraderos de cabeza el mantener toda la información y nos lo resta para dedicarlo a la medicina, para estudiar nuevos medicamentos o nuevos procedimientos.

--¿Y cómo se conjuga eso con el aumento de la demanda?

--Ese es el problema. La demanda es mayor y se ha adelantado porque muchos pacientes acuden a consulta al mínimo síntoma y en ocasiones por procesos banales. Es necesario buscar un equilibrio y que los pacientes se corresponsabilicen del uso del sistema sanitario.

--¿El paciente se ha vuelto ahora más exigente?

--El paciente está en su derecho de exigir, pero sí es cierto que es más intolerante. En Atención Primaria los médicos se encuentran con pacientes que llegan a la consulta sin cita y que quieren que se les vea de forma inmediata. Otros, sin embargo piden cita pero luego no acuden a la consulta. Eso debería ser sancionado.

--¿Y qué sucede en las urgencias?¿Falta personal o se hace un mal uso de ellas?

--Como el sistema ordinario no puede dar a basto mucha gente acude a Urgencias, que se está convirtiendo en el cajón desastre al que va todo el mundo para todo lo que requiere atención inmediata. Y allí esa atención inmediata no siempre es posible, en muchas ocasiones simplemente porque las pruebas llevan un proceso que no se puede resolver en unos minutos sino en horas.

--¿La administración les da dolores de cabeza?

--La administración no tiene el feeling de la consulta diaria. Por mucho que los administradores procedan de consultas pierden el contacto con la realidad del día a día. El feeling se pierde en un año fuera de la consulta.

--Y eso significa...

--Que la administración debe comprometerse más, que debe hacer un manual de buen uso del Sistema Nacional de Salud, además de buscar la máxima eficiencia del médico. Que debe contribuir a que el médico no se haga cargo de todo y que lo haga además dentro de los límites de una jornada de trabajo. El sistema se tiene que abrir y dar más libertad al médico.

--Ahora van a levantar en Cáceres una Ciudad de la Salud

--El plan de salud es muy ambicioso, pero se queda corto en la implementación. Para ponerlo en práctica se tienen que corregir los defectos actuales. No lo conozco al detalle pero deberían contar con todos los profesionales de la salud a la hora de ponerlo en marcha.

--¿Alguna vez ha necesitado pararse a pensar por qué estudió medicina?

--Siempre lo he tenido claro, porque me venía de familia. Mi padre era médico rural y cuando tenía cinco años me regalaron un maletín de urgencias.