Empezó en el mundo de la restauración por casualidad, para sacarse un dinero mientras pasaba unas vacaciones en Ibiza; pero no le gustaba la cocina. Dice que quizá ésa ha sido la receta que le ha llevado tan lejos. Ferrán Adrià (Hospitalet de Llobregat, 1962) tiene tres estrellas Michelin y su restaurante, El Bulli, ha sido en varias ocasiones el mejor del mundo. Críticos y medios de comunicación le definen como una de las diez personas más influyentes del mundo. En medio de su nuevo proyecto, El Bulli Foundation, contó ayer su experiencia a los estudiantes de la facultad cacereña de Filosofía y Letras, en una de las conferencias que realiza por las universidades dentro de la gira de Telefónica 'Innovación y talento'. Unas horas antes había descansado en el Atrio, donde comió un manjar: croquetas de jamón envueltas en jamón ibérico.

--Viene a hablar de innovación y creatividad. ¿Qué pueden aprender los universitarios de Ferrán Adrià?

--Al final lo que explicamos es que no hay una receta para ser emprendedor, depende del lugar dónde hayas nacido, dónde vives, tu situación personal, tu personalidad, la disciplina a la que te dedicas, tus ambiciones,... Cada uno tiene que hacerse con lo tiene.

--¿Echa de menos El Bulli?

--No, porque estoy más en un plan teórico. Era necesario un par de años para limpiarme y centrarme más en cocina teórica. Después de 30 años no me motivaba seguir con ello, sin embargo ahora el reto que tenemos sí me gusta.

--¿Es bueno el cambio para ser buen emprendedor?

--Es importantísimo estar vivo. La monotonía no ayuda.

--¿Es más fácil emprender para Ferrnán Adriá?

--No. Soy un chaval normal, de un barrio normal, no me han regalado nada.

--¿Cómo lleva su nueva etapa con El Bulli Foundation?

--Es bonito porque desde hace año y medio han pasado cosas que no estaban en el guión, por ejemplo, hemos hecho una exposición en Barcelona por la que han pasado 650.000 personas; ahora irá a Londres, a Boston, a Brasil... Esto nos motivó para pensar que una de las cosas que tenía que tener El Bulli sería un lugar para visitar; uno de los problemas que tenía el Bulli es que poca gente podía acceder a él. Llevo años diciendo que el Bulli no se cierra y ahora se está viendo que es así, que va a volver a abrir.

--Está creando una Bullipedia...

--Eso tampoco estaba en el guión. Es una reflexión sobre internet. A un periodista le gustaría tener una herramienta para informarse, con la posibilidad de que le sirviera para buscar ideas. La Bullipedia es para la gastronomía. Nos sirve para preguntarnos cómo comenzó la cocina o qué es cocinar, que parece evidente pero no lo es.

--¿Qué es para usted cocinar?

--Hay una manera de cocinar en la que no se cocina. Imagínate que me invitas a tu casa y te traigo unas fresas preciosas con hielo y te las doy, eso es cocinar. Hay una manera de cocinar sin cocinero. La cocina empezó hace seis mil años, si volviéramos a esa época podríamos cocinar igual porque tendríamos el fuego, la agricultura, la ganadería, la cerámica, el hierro y el bronce. Para hacer Bullipedia hemos reflexionado sobre cómo empezó todo.

--Se le ha considerado como una de las 10 personas más influyentes del mundo. ¿Le ha costado afrontar el éxito?

--No es fácil afrontar las críticas. El éxito tiene un precio, tienes que estar a las duras y a las maduras. Estás preparado para el éxito pero no para el fracaso.

--¿Cómo fueron sus inicios? Tengo entendido que nunca se había interesado por la cocina...

--No me interesaba mucho la cocina y seguramente eso me ha llevado a esto. Si yo hubiera sido, como hay muchos chicos ahora, un cocinero demasiado apasionado al principio, hubieran ido de otra forma las cosas.

--¿Cuál fue su primer plato?

--Patatas guisadas con carne.

--¿Qué plato se le ha resistido?

--El helado caliente, pero hicimos la gelatina caliente.

--¿Dónde comerá en Cáceres?

--Anoche (por el martes) me alojé en el nuevo Atrio. Me han dado un lección increíble, me habían hablado de él pero llegué y me quedé acojonado, tenéis que estar muy orgullosos de él y espero que la administración y la sociedad civil se dé cuenta de lo que es Atrio, que es una auténtica maravilla.

--¿Qué comió?

--Fue una comida de amigos. Unas croquetas de jamón con una loncha de jamón ibérico encima. Atrio es un proyecto parecido al mío. Es muy importante luchar por proyectos culturales que continúen en el futuro.