San Blas vivió ayer su día grande. Como cada año, la barriada se engalanó para celebrar la romería popular en honor al santo en las inmediaciones de la ermita. A pesar del frío, el buen tiempo atrajo a los cacereños que alrededor de mediodía ya se paseaban por las calles cercanas a la parroquia. Pocos se marcharon sin las tradicionales roscas de anís -estaba previsto que se vendieran más de 5.000- y sin los cordones del santo, que según la tradición protege a quien lo lleva de las afecciones relacionadas con el aparato respiratorio.

Una tómbola, el rastrillo parroquial y una mesa de ofrendas completaron la oferta de la ermita a la romería popular. La asociación de vecinos de la barriada se implicó con la fiesta popular y ofreció a partir de mediodía una degustación gratuita de prueba de cerdo y ponche. También fue la encargada de organizar talleres y juegos infantiles y un concurso de premios para los mejores trajes regionales, un galardón al que podían optar María José y sus hijos. Asistió acompañada de sus pequeños de 3 y 6 años. Los tres iban ataviados con el traje regional elaborado con una mayoría de piezas rescatadas del legado familiar.

Ya por la tarde, pasadas las 16.30 horas estaba previsto que se subiera al escenario el grupo regional de coros y danzas para animar la jornada con bailes tradicionales de la región. Los actos en honor a San Blas que comenzaron el 26 de enero con la novena en la parroquia culminan hoy a las 12.00 horas con la eucaristía del santo y la procesión por los alrededores de la parroquia.