Contra el frío, garbanzos. La Casa de León en Cáceres reunió ayer a cerca de 200 comensales en el Complejo Alvarez para disfrutar del tradicional cocido maragato, originario de Astorga y al que da nombre el gentilicio de este municipio leonés. En un ambiente de fiesta y con la asistencia de la alcaldesa, Carmen Heras, los leoneses afincados en Cáceres y simpatizantes de la casa disfrutaron también de la variedad de carnes y verduras que se incluyen en este plato como morcillo, beicon, rabo, oreja, tocino beteado y costilla adobada, además de chorizo y repollo.

"Es un cocido como cualquier otro, pero con la particularidad de que se come al revés. Empezamos por la carne y acabamos con los garbanzos", explica Dolores Llorente, actual presidente de la Casa de León, que recuerda que esta costumbre data de la época de Napoleón. Comida de clases populares, el cocido maragato tiene su origen en la Guerra de la Independencia cuando los tropas llegaban hambrientas a la localidad de Castrillo de los Polvazares, casi al final de la comida cuando se servía la carne. Entonces, cuenta la leyenda, se decidió servirlo al revés para que pudieran disfrutar también de la sopa, las verduras y los garbanzos.

Tras 20 años de trayectoria en la ciudad, el colectivo de leoneses también se reúne cada 5 de octubre para celebrar a su patrón San Froilán y degustar el botillo tradicional de la comarca del Bierzo. En las ferias de mayo disfrutan de la sopa de truchas, ejemplares abundantes en los ríos leoneses. Llorente recordó ayer a los impulsores de la asociación, en especial a Juan Manuel Romo, el primer presidente que tuvo la casa, ya fallecido.

Por la convivencia

La presidente destacó que estas celebraciones tienen como principal objetivo "favorecer la convivencia" entre los socios de la casa, que también pueden invitar a amigos a los actos. "Se trata de estar todos juntos y de unir vínculos entre leoneses y cacereños", subrayó.

Prueba de ello, fue el magnífico ambiente que se vivió ayer en el Complejo Alvarez. El vino tinto sirvió para regar la comida y la música del trío liderado por el granadino Israel, de la saga familiar de los Carmona, para bailar después de la sobremesa. Todos ellos, los mejores ingredientes para un festín, que bien podría valer para demostrar que la gastronomía sirve para algo más que darle gusto al cuerpo.