El festival folclórico que se cerró anoche en Cáceres es mucho más que un simple espectáculo. Para los integrantes de los seis países que participan en esta cita es una forma de viajar, pero, sobre todo, compartir y convivir con otras culturas muy diferentes, donde el idioma no supone ningún obstáculo. "Lo más especial para nosotros ha sido el intercambio cultural y compartir nuestros bailes con niños de la ciudad", explica Denisse, componente del grupo de Cuba.

La mayoría son jóvenes y es la primera vez que viajan a España. Este festival ha supuesto un reencuentro con amigos que pensaban que no verían otra vez. "Los guías y los cocineros son los mismos que tuvimos hace cuatro años. Hemos vuelto a reencontrarnos", dice el director José Félix Rópeda.

El ballet del país caribeño está formado por profesores y alumnos de la Universidad de Cuba. "Todos somos jóvenes, con mucha unión, somos como una familia", asegura Carlos Eduardo, profesor del grupo. Por suerte, todavía les quedan momentos por compartir. La próxima semana mostrarán sus dotes para el baile en los municipios cacereños. Un trabajo sinónimo de amistad.