Amalia y Andy acaban de conocerse. Les separa una generación pero esta semana les une algo más importante: Womad. Ella vecina de Cáceres desde hace casi treinta años y él es un artesano que apura las horas para instalar su puesto en Cánovas. Él fija su residencia en el paseo durante unos días, es de Plasencia aunque viaja de feria en feria, y ella vive en uno de los portales de la avenida, a tan solo unos metros del artesano. Sin saberlo ambos comparten casa. Son vecinos y representan lo que el festival supone para la capital cacereña cada año y Amalia es reflejo de tantos otros cacereños que ‘se hermanan’ con Andy y con el espíritu de una cita que trasciende a lo musical. Para el comerciante, Womad «es una cita fija». En su expositor, que comparte con su ‘becario’ Mario, vende todo tipo de productos. Es un habitual y destaca las virtudes del mercado aunque confiesa algún reproche. Solo tiene una queja. «Lleva más de 25 años el festival y todavía no ponen facilidades para que podamos instalar los puestos, me han multado por dejar la furgoneta en carga y descarga», critica. Más allá de los lamentos, se muestra entusiasmado por el inicio de la fiesta de las culturas, que dio comienzo ayer. La cacereña tampoco perdona la fecha. Reconoce que los conciertos no son lo suyo pero en cuanto puede pasea por el mercado. «Siempre me llevo algo», asegura. Reconoce el trabajo de los que hacen posible que Womad sea una realidad. «Todo lo que sea para promocionar Extremadura me parece perfecto», defiende.

Amalia y Andy se conocieron ayer como muchos de los que llegaron --o regresaron-- a Cáceres para el festival. La cita multicultural arrancó ayer bajo un cielo que amenazaba lluvia, pero que descargó las nubes hasta media tarde y despejó para el inicio de los conciertos. El folk extremeño de los Enverea fue el primer plato de la ronda de directos del jueves ante un público más numeroso que en los años anteriores. Con quince minutos de retraso arrancó su concierto Miguel Caldito. «La revolución no sirve si no es bailable», se presentó el músico para los centenares de asistentes que estrenaban una de las novedades de esta edición: los vasos reutilizables. Cabe destacar en este sentido que, al contrario que ocurre en otros festivales, los clientes no tenían la oportunidad devolver el vaso una vez que lo habían adquirido. Quentin Gas y Vaudou game cerraron el primer pase de directos.

«RESPETO» Y «TOLERANCIA» // En la presentación de Womad horas antes de que dieran comienzo los conciertos estuvo presente el director internacional de la cita Chris Smith. El responsable destacó «el papel» que representa el festival para el mundo y anotó que la cita es ejemplo de «respeto» y «tolerancia». «El respeto forma parte del ADN de Womad tanto como el festival forma parte ya del ADN de Cáceres», puso de manifiesto. En este acto estuvo acompañado por Dania Dévora, la directora de WOMAD Cáceres, autoridades del Consorcio Cáceres Gran Teatro como la secretaria general de Cultura, Míriam García Cabezas, la jefa del área de Cultura de diputación, Felicidad Rodríguez, y el concejal del ayuntamiento, Rafael Mateos, y la directora del Gran Teatro, Silvia González. En sus intervenciones aplaudieron el trabajo de consenso entre administraciones y destacaron la proyección internacional de la cita. «Cáceres se convierte esta semana en una ciudad de acogida, en una ciudad abierta al mundo», destacó Mateos. El acto de presentación concluyó con los primeros acordes de Mariella Köhn, que arrancó las primeras palmas a los asistentes. Hoy continúa la cita con folk, sonidos tropicales y la Björk turca. «¡Qué comience la fiesta!».