Viernes 27 de mayo, viernes de feria por excelencia en honor a San Fernando. La jornada de ayer cumplió de sobra con las expectativas de uno de los dos grandes días de la feria --junto con el de hoy--, con multitud de cacereños y de foráneos que se dieron cita en el recinto ferial desde mediodía para disfrutar de una de las jornadas festivas más esperadas en la ciudad.

Despedidas de solteras, comidas de asociaciones y colectivos o sencillas quedadas de amigos de toda la vida protagonizaron ayer la actividad de las casetas, cuya mayor concentración se dio en la caseta municipal. Allí, muchos cacereños disfrutaron del flamenco y el baile, antes de que dieran comienzo los conciertos programados. "Mi nieta baila sevillanas y hemos venido a verla. Lo hacemos cada año y también aprovechamos para echar el día", apuntó un cacereño.

Como él, otro matrimonio se dio cita igualmente en la caseta municipal, para disfrutar también con la actuación de su hija pequeña. "Acaba de terminar de bailar, nos tomaremos algo y tendremos que ir a las atracciones porque cualquiera no la lleva (ríe)", comentó el padre de la menor.

No obstante, cuando fue cayendo la tarde, el perfil de los allí presentes fue cambiando. Los niños iban desapareciendo poco a poco para dejar paso a un gentío adulto que disfrutó, primero con la actuación de Los Chunguitos, archiconocido grupo de rumba pacense, y más tar