Como homenaje con equis a Billy Preston se presenta Eduardo Casero Martín (Cáceres, 1991). Atiende al sonido de Prexton, un vocablo con origen de pianista que no quiere etiquetas. Y está de enhorabuena. Acaba de fichar por Moucho Records, un sello gallego con el que prepara su primer disco.

La andadura en solitario comenzó hace dos años y medio. El que fuera integrante de Skalabraos, subió a Salamanca a estudiar Psicología. Se licenció y como si de otro peldaño se tratara, Galicia fue su siguiente parada, esta vez para hacer un máster. Comenzó a componer, a buscar salas en tierras gallegas y así entre instrumentos se hizo un hueco en la escena musical y la pequeña discográfica se fijó en él. Ahora lleva un tiempo en Cáceres, pero sube al menos una vez al mes al norte del país. Los cacereños pudieron verlo hace poco en el pasado escenario Amex y en los ciclos que organizó la Diputación de Cáceres por pueblos de la provincia.

Parece que heredó la virtud musical de su padre, que toca la guitarra y coqueteó con varias formaciones en la capital cacereña. De hecho, pocos instrumentos le quedan por afinar. Toca la guitarra, el bajo, el banjo, el saxofón, la armónica y el teclado. No ha pasado mucho de la noticia y el joven cacereño se siente orgulloso de su primer escalafón. "Cuando me llamaron flipé, que alguien confíe así en ti es alucinante, me alegré mucho", ratifica a este diario.

Y más teniendo en cuenta que, como tantos otros, nació en las entrañas de Youtube. Asegura al respecto que es una plataforma que le ha funcionado "moderadamente bien" para dar a conocer su arte, no obstante, matiza que aunque es "trampolín", carece de filtro y ese exceso de información hay que tratarlo con cuidado. Con ese cuidado que él mismo pone en sus temas y con el que pondrá en la nueva andadura que comienza.