Solo faltaron las luces de colores para completar la fiesta. El vinilo lo puso la música de Spanglish, la banda cacereña que versionea clásicos del pop español que da gusto, y algún disfraz de la movida pop. El palacio de la Isla se convirtió anoche en el escenario ideal para reafirmar que el movimiento de los poperos encaja hasta donde no lo parece. Y es que el ambiente en la inauguración del III Festival Cáceres Pop-Art transformó la antigua biblioteca de la plaza de la Concepción en un lugar divertido para gente que disfrutó a tope. No hay mucho donde elegir para bailar Chica de ayer , de Nacha Pop, en un edificio histórico.

La mejor excusa, como siempre, el arte. El arte pop con mayúsculas y en colores de la I Ex Pop Party en la que 11 artistas muestran sus obras, siempre con la imaginación por bandera... y un punto de provocación que atrae de lo lindo. La princesa Letizia con una pose inaudita, la Virgen de la Montaña como si Warhol la hubiera traído a su mundo, la clásica Coca-Cola y Marylin, siempre Marylin como icono pop.

Once artistas --Tete Alejandre, Angel Sotomayor, Abigail Nárvaez, Julián Gómez, Javier Remedios, Marce Solís, Valentín Batalla, César David, Elisa Blázquez, Carlos Cordero y Sebastián-- para trasladar al visitante a la maravillosa Nueva York en blanco y negor, a los clicks gigantes de Famobil o al guiño canalla de las marcas pijas de Joaqui Gilfinge y Polo Ra Lawrence .

Un espectáculo que encantó a los que se asomaron ayer a la puesta de largo de un festival que reclama su espacio por derecho. "Vamos a seguir apoyando proyectos con proyección exterior como éste", explicaba satisfecha la edil de Cultura, Cristina Leirachá, vestida de rojo intenso, mientras recordaba sus tiempos pop de estudiante en el Madrid de los 60. "Sentíamos que podíamos cambiar las cosas", decía para resumir sus sensaciones de entonces.

Escondidos entre el público, artistas sin obra, vestidos de oso, otros con pipa, y abuelas con marcha a la caza del cóctel. Un ambiente variopinto del que participaba Juan Pedro González, organizador y responsable de la asociación cultural Bon Vivant. "La idea era la mezcla y ofrecer diferentes visiones", reflexionaba acerca de la exposición. Muy cerca, Carlos Cordero, mod de corazón y admirador de Warhol, daba el mejor ejemplo del valor del festival: "Tecleas el nombre en Google y aparece por todas partes", aseguraba tras venir de Madrid. La fiesta se completó anoche en el Corral con Los Smogs. El fin de semana, con música y premios, promete. El pop tiene aún cuerda para rato.