Tortillas de patata, barbacoa, cerveza y vino. El barrio de Santa Lucía y la ermita de San Benito cerraron ayer su programa de festejos con un día de convivencia en el que respetaron el sol y unas temperaturas más suaves. Los vecinos de Santa Lucía fueron los más madrugadores y hacia las 10.00 horas un pasacalles animó desde primera hora las calles de la barriada.

La jornada festiva continuó a las 10.30 horas, cuando se instalaron atracciones para adultos y niños, entre ellas un tren que ofrecía un recorrido turístico por la barriada (gratuito para los socios del colectivo y con un precio de 0,50 euros para los no socios). A mediodía comenzó el tradicional concurso de la rana para los adultos en las inmediaciones de la plaza de España (con un precio de 2 euros para los no asociados). Para terminar la mañana, una buena comilona con la celebración de una barbacoa. Al cierre de esta edición estaba previsto el inicio de una verbena popular y la posterior entrega de trofeos de los campeonatos celebrados durante las fiestas (dominó y dibujo).

Tercer aniversario

A la vez que Santa Lucía, la ermita de San Benito celebraba ayer el tercer aniversario de la rehabilitación de la ermita, situada en la urbanización Ceres Golf. En realidad el aniversario tuvo lugar el pasado jueves 11 de julio, cuando se llevó a cabo una visita guiada a la ermita de la mano de Agustín Pedro Flores, que explicó a los asistentes (cerca de medio centenar) la historia de la ermita, recientemente rehabilitada por una escuela taller de la Universidad Popular.

Los actos de celebración continuaron en el día de ayer con la realización de una eucaristía a las 12.30 horas, a la que asistieron unas 60 personas, según explicó el párroco, Miguel Angel González. Tras la misa, en la explanada del templo tuvo lugar una jornada de convivencia entre los asistentes, que se alargó hasta por la tarde.

El templo estaba en ruinas

Antes de su rehabilitación la ermita se encontraba en ruinas. La reforma corrió a cargo de 145 alumnos de una escuela taller y duró dos años. La Junta de Extremadura destinó para su arreglo 1.669.041 euros y el Ayuntamiento de Cáceres 167.000 euros. En total, la inversión superó los 1.8 millones de euros.

Los trabajos se centraron en reconstruir la ermita a imagen y semejanza de como era en la antigüedad y sirvieron para recuperar parte de los frescos de las paredes, situados cerca del altar y de la pila bautismal. Estos talleres estaban destinados a personas desempleadas para enseñarles los oficios tradicionales como albañilería, acabados de construcción, cantería, carpintería y jardinería.