TEtstos días se celebra un curso, a iniciativa del Ateneo, de Filosofía para niños . No es un come cocos que aprovisione de recetas en las que se puedan encontrar soluciones para todo , ni mucho menos tiene como objetivo el adoctrinar. Pretende hacerles competentes en las habilidades del razonamiento en sus diversas manifestaciones, de modo que estén capacitados para ser autónomos. Sin menoscabo de la importancia que tienen otras clases de razonamiento, y puesto que a veces parece que todo da igual y que la inquietud por los valores es algo más que una moda, me referiré a la Etica.

Desde los sofistas sabemos que la virtud se aprende como cualquier otra conducta y por lo tanto se puede, y se debe, enseñar. Por otro lado, la Etica nos introduce en un mundo en el que cada cual es protagonista y responsable de lo que pasa, de manera que exige que cualquiera que se adentre en este campo debe ponerse a pensar. Es decir, a razonar. No es cuestión baladí porque con el razonamiento ético nos jugamos la felicidad. La nuestra y la de los demás. De ahí la importancia que tiene en la enseñanza convertir el aula en un foro de diálogo sobre los valores.

Porque no se trata solamente de asumir e interiorizar los valores y conductas socialmente aceptadas y transmitidas por los agentes socializadores, sino de ayudar a dar buenas razones que hagan comprensibles las creencias, que justifiquen las desviaciones de la conducta llamada normal y capacitar para ser competentes en el procesamiento de la información, en la anticipación de las consecuencias de una conducta y en el juicio moral. Es decir, ayudarles a ser dueños y responsables de sus actos.