En el pleno que la corporación local del ayuntamiento celebró el jueves el concejal del PP Valentín Pacheco reprochó a Ciudadanos su cobardía por no entrar en los gobiernos. Fue en contestación a una intervención anterior del concejal de Ciudadanos, Antonio Ibarra, que afeó al PP que presentase una moción en la que instaba al Gobierno y que lo hiciese precisamente ahora cuando su partido ya no gobierna en Madrid.

El comentario de Pacheco enlaza con el resultado de las pasadas elecciones municipales, cuando Ciudadanos facilitó la investidura de la candidata del PP, Elena Nevado, pero rehusó entrar en el gobierno, y conecta con la próxima cita electoral, en la que ningún partido ganará por mayoría absoluta, algo que en Cáceres, salvo el paréntesis de José María Saponi y el primer mandato de Nevado, se da con más frecuencia.

Sin encuestas sobre intención de voto en Cáceres, una referencia son las que a nivel nacional hace el CIS. Si se tienen en cuenta las realizadas este año y se extrapolan los resultados a Cáceres, la llave la volverá a tener Ciudadanos, que decidirá si la alcaldía la ostenta el PP o el PSOE. Hace cuatro años, cuando Ciudadanos se estrenaba en las municipales, lo sensato era no entrar en el gobierno. En la oposición se está más cómodo. Dentro de nueve meses, si se repite lo ocurrido en 2015, lo responsable, tras la experiencia acumulada, sería entrar el gobierno, darle la estabilidad necesaria, aunque al final de la legislatura se rompan los pactos y cada partido que esté en el gobierno marque distancias de cara a la siguiente cita electoral.

El PP volvió a plantear el pasado verano la reforma electoral para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada y que lo haga con mayoría absoluta. Si se aplicase el sistema propuesto por los populares a los datos de las últimas municipales, en Cáceres se hubiese tenido que celebrar una segunda vuelta con el PP y el PSOE como únicos participantes. Ciudadanos se habría quedado fuera por solo un punto porcentual. En la reforma del PP solo van a segunda vuelta los partidos que hayan obtenido al menos el 15% de los votos y Ciudadanos consiguió el 13,93%. Con este sistema, los votantes de Cs hubiesen decidido el resultado de la segunda vuelta.

El sistema que se utiliza ahora para el reparto de los concejales es la Ley D’Hondt, que premia la lista más apoyada que necesita menos votos para conseguir un concejal, además el actual sistema deja fuera a los partidos que hayan obtenido menos del 5% de los votos.

Ciudadanos y Podemos han defendido la aplicación del sistema Sainte-Laguë. Con la aplicación del mismo y sin el límite del 5% o con él, la corporación que habría salido de las elecciones municipales de 2015 no habría sido muy diferente a la actual. El PP seguiría ganando, aunque con menos concejales, y en los dos casos la llave la volvería a tener Ciudadanos. Si en mayo se da este caso, quedará por saber si entran en el gobierno o si dan la razón a Pacheco.