San Blas y Las Candelas son una de las fiestas con más tradición en la ciudad y que coinciden en el tiempo. Ayer la Virgen de Las Candelas puso fin a un fin de semana cargado de costumbres. La imagen salió de su ermita, como viene siendo habitual, a las cinco de la tarde, y recorrió parte de la ciudad antigua hasta llegar a San Mateo. Allí se realizó una eucaristía tras la que la Virgen regresó de nuevo en procesión hasta su ermita. Antes de la salida del templo se llevó a cabo la bención de las velas que la Virgen lleva en sus manos. Tienen un significado especial pues dice la tradición que, si entran encendidas en la ermita cuando la procesión se recoge, es que comienza el buen tiempo. Ya se marcha el invierno.

Ha sido un fin de semana intenso. El sábado tuvo lugar la romería de San Blas, donde se vendieron las 6.000 roscas que se elaboraron y cuya recaudación se destinará a la actividad de la parroquia (para los gastos de la misma y para la ayuda a los necesitados a través de Cáritas). También se vendieron raciones de prueba de cerdo y ponche a un euro para conseguir fondos también para ayudar económicamente a las familias sin recursos de la barriada. Durante todo el día hubo además talleres infantiles, juegos tradicionales y las actuaciones de El Redoble y El Pelujáncanu. Los vecinos quieren potenciar que los asistentes acudan vestidos con el traje típico, como ocurría hace unos años. Ayer hubo además un partido que reunió a las viejas glorias del AD Arapiles y una paella popular en uno de los establecimientos de la zona.

La fiesta continuará hoy con la salida en procesión de San Blas. A las 17.00 horas habrá una eucaristía en la parroquia, tras la que se sacará a la imagen por los alrededores de la barriada.