El fiscal pide 33 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de homicidio para la asistenta del matrimonio asesinado en octubre de 2008, en una vivienda de la urbanización Montesol de Cáceres. Además de los años de cárcel, el Ministerio Público solicita un indemnización para los tres hijos de las víctimas de 910.000 euros.

En las conclusiones provisionales de la Fiscalía, no se descarta que la acusada actuara en compañía de otra persona y relata que la acusada, Ángela A. d. C., agredió con una navaja y con un "bate de béisbol u objeto romo de madera similar" a Juan Antonio Torrecilla, en el transcurso de una discusión a mediodía del 21 de octubre de 2008. Según el fiscal, tras darle muerte, decidió acabar con la vida de la mujer de Juan Antonio, Mercedes García, que había presenciado el crimen, pero que debido a su estado de salud y la medicación que tomaba no tuvo opción a defenderse, por lo que califica de asesinato al concurrir el agravante de alevosía.

El relato del fiscal recoge que Juan Antonio intentó evitar los navajazos con "sus extremidades superiores sufriendo varios cortes en brazos y manos, así como en la zona del cuello. Viendo la acusada que no lograba darle muerte, cogió un bate de béisbol o similar con el que le golpeó fuertemente y en varias ocasiones hasta que uno de esos golpes impactó fuertemente en su cabeza, produciéndose una parada cardiorrespiratoria que, en ese instante o momentos después, le causó la muerte".

El fiscal subraya que, una semana antes de que se produjera el doble crimen, Juan Antonio había decidido prescindir de los servicios laborales de la acusada, que desarrollaba desde septiembre de 2008. "El señor Torrecilla se sentía traicionado por Ángela por determinados comentarios que esta podría haber realizado sobre su vida privada. Sin embargo y a pesar de prescindir de sus servicios, la relación no se rompió totalmente acudiendo aquella de vez en cuando al domicilio del matrimonio".

El Ministerio Público cree que, el día que ocurrieron las muertes, acudió a la casa con la intención de que el hombre le abonase una cantidad que supuestamente le debía. Además, en su escrito recuerda que la acusada mantenía una relación con el matrimonio previa tras conocerse en Plasencia.

En cuanto al chófer, Rafael, S.G., el fiscal mantiene que su relación con el asesinado se fue afianzando a medida que se iba produciendo un mayor distanciamiento con la acusada, quien "sentía una atracción hacía Rafael que no era correspondida".