Ayer se celebró en la Audiencia Provincial de Cáceres el juicio en el que un hombre, J. R. D., fue acusado de violar por dos veces a la que aún era su mujer, R. M. C., en febrero del 2007.

Agresor y víctima estuvieron casados veinte años. Del matrimonio nacieron tres hijos. Después de una relación de pareja con dificultades, R. M. C. denunció a su marido por lesiones y amenazas. Su marido fue condenado en enero del 2007 a un año de prisión con la obligación añadida de no acercarse a su mujer.

Pero sobre las 4 de la madrugada del 18 de febrero del 2007, poco después de conocer la sentencia que le condenaba, J. R. D. se dirigió a la casa en la que vivía su mujer en un pueblo cercano a Cañaveral. Había vivido allí varios años, por lo que sabía que podía encontrar las llaves en el piso inferior de la vivienda, ocupado por su suegra. Esperó a que su mujer, que había salido a una fiesta, volviera a casa.

LOS HECHOS Una vez que la mujer ya estaba en casa, usó las llaves para meterse en la vivienda. Según relató la víctima en el juicio, la amenazó poniéndole un cuchillo en el cuello al tiempo que empuñaba una porra. Tras arrancarle la camisa del pijama y quitarle los pantalones, la penetró vaginal y analmente. Después de llevarla al salón de la vivienda, donde el acusado fumó unos cigarrillos, la llevó de nuevo a la habitación para agredirla de la misma forma.

El acusado manifestó en el juicio que no recordaba nada porque había bebido. La víctima dijo que sí parecía que J. R. D hubiese bebido "pero no se caía".

El Ministerio Fiscal considera probado que J. R. D. cometió las violaciones. La fiscal apoyó su acusación en los resultados de las pruebas de ADN hechas con los restos de semen y de saliva encontrados. El Ministerio Público pide para el acusado 33 años de prisión: 27 por las dos agresiones sexuales y el resto por allanamiento de morada, quebrantamiento de condena, hurto y coacciones.

La defensa solicita la absolución de su defendido alegando que no era dueño de sus actos por haber consumido alcohol. La víctima rechazó cualquier indemnización económica.