La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Cáceres juzgará el próximo 1 de octubre a un padre acusado de abusar sexualmente de su hija desde que tenía ocho años. La Fiscalía Provincial de Cáceres pide diez años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal para E. L. M., que, cuando ocurrieron los hechos entre 1990 y 1998, convivía en Miajadas con su mujer y sus dos hijos, en aquel entonces menores. También solicita que se le prohíba acercarse a su hija y a vivir en la localidad durante cinco años.

En el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario, el Ministerio Público señala que "el procesado, con indudable ánimo de satisfacer sus apetencias sexuales y aprovechándose de la posición de superioridad que detentaba sobre la menor, comenzó a mantener relaciones sexuales no consentidas, con frecuencia casi diaria, exceptuando los fines de semana".

Según la Fiscalía, estas relaciones fueron silenciadas por la menor dada la escasa edad de ella y el ascendente que el procesado tenía sobre ella, "creando en la menor", señala, "la convicción de que se trataba de relaciones normales entre padre e hija".

PROLONGADOS El Ministerio Público expone que los abusos duraron ocho años, hasta que cumplió 16 años. El acusado aprovechaba los momentos que ambos permanecían a solas en el domicilio familiar, coincidiendo con las ausencias por motivos laborales de la madre y las salidas del hermano menor, para cometer los abusos. La Fiscalía señala que estos episodios "fueron creciendo en entidad e intensidad hasta llegar a la penetración vaginal". La menor, "consciente de lo impropio de la relación", añade, "y superando el recelo que le producía revelar lo que estaba sucediendo a terceras personas ante el temor de posibles represalias, se sinceró con su madre y le refirió todo lo sucedido". Fue su progenitora la que interpuso una denuncia ante la Guardia Civil en marzo del 2007.

La Fiscalía precisa que la joven, ahora con 31 años, "presenta una amplia variedad de secuelas psicológicas permanentes, la mayor parte superiores a los dos años, todas compatibles con una posible vivencia de haber sufrido abuso sexual en la infancia, existiendo una relación causa-efecto entre las secuelas y los referidos hechos". Entre ellas, cita un trastorno del humor consistente en trastorno depresivo reactivo grave y un trastorno neurótico por estrés traumático grave.