El matrimonio que el 30 de agosto del año pasado se llevó por la fuerza a sus tres hijos del centro de acogida de menores Julián Murillo se enfrenta a siete años de prisión. El fiscal encargado del caso imputa a ambos un delito de sustracción de menores, por el que pide para cada uno de ellos 3 años de cárcel. Al padre le imputa además un delito de amenazas, por el que solicita para él un año de prisión, y una falta de lesiones, por la que reclama se le imponga como pena una multa de 610 euros.

Asimismo, solicita para ambos la prohibición de aproximarse y comunicar con sus tres hijos, de ocho, seis y un año de edad, durante un periodo de cinco años.

Los hechos por los que Julio Prieto Batuecas, de 41 años, y su esposa, Sonia Batuecas Julián, de 29, se enfrentan a prisión ocurrieron el 30 de agosto del pasado año, cuando se llevaron por la fuerza a sus tres hijos --dos niños que actualmente cuentan 8 y 6 años de edad y una niña de 1 año-- del centro de menores Julián Murillo de Cáceres, donde se encontraban internados. Su tutela administrativa había sido asumida por la Junta de Extremadura mediante resolución de fecha 24 de junio del 2004, dictada por la Dirección General de Infancia y Familia, y únicamente tenían derecho a visitarlos una vez al mes y siempre en presencia de un educador del centro.

EL SUCESO Sobre las 9.00 horas del 30 de agosto del 2004, según recoge el fiscal en sus conclusiones provisionales, el padre acudió al centro para hablar con el director "al que además de llamarle hijo de puta y otros insultos similares le manifestó que la situación de sus hijos no iba a quedar así, que iba a hacer algo gordo para que se enterara y que pensaba tomar medidas hacia su persona y hacia el centro".

Dos horas después volvió con su mujer al centro para ver a sus hijos, cuando a las 11.15 horas, "estando todos juntos en una de las salas de visita, y conforme a un plan preestablecido, el matrimonio cogió a los pequeños y emprendió la huída". Intentó impedirlo, añade el escrito del fiscal, un guarda de seguridad, pero mientras el padre de los pequeños le propinó varios golpes con una cadena de eslabones de hierro de unos 80 centímetros de longitud, la esposa sacó a los menores y les introdujo en el vehículo del matrimonio.

Tras huir con los niños por diferentes provincias de la geografía española, finalmente, gracias a una requisitoria de ámbito nacional, el 1 de septiembre, sobre las 13.00 horas, fueron encontrados y detenidos por efectivos policiales en Avila.

Del caso se hizo cargo en un primer momento el Juzgado de Instrucción número 1 de Avila, cuya juez titular decretaba para ellos el 2 de septiembre su ingreso en prisión provisional en el Centro Penitenciario de Brieva. Posteriormente, las diligencias fueron trasladadas a Cáceres, haciéndose cargo de la causa el Juzgado de Instrucción número 2 de esta ciudad. Tras pasar 20 días en prisión, el matrimonio fue puesto en libertad provisional, situación en la que se encuentran desde entonces y a la espera de juicio, que se celebrará en el Juzgado de lo Penal.

Por su parte, los niños, tras la detención de sus padres el 1 de septiembre, ingresaron en un centro de acogida de Avila y al día siguiente fueron trasladados de nuevo a Cáceres. En la actualidad, según ha podido saber este diario, los dos pequeños permanecen en Cáceres, mientras que el mayor se encuentra en el centro de menores de Olivenza.